martes, 17 de diciembre de 2013

VERDAD CIENTÍFICA: EXPRESIÓN LÓGICA DE LA ESENCIA

LA VERDAD CIENTÍFICA: EXPRESIÓN LÓGICA DE LA ESENCIA


Valentín Vásquez
Oaxaca, México
valeitvo@yahoo.com.mx


1. Introducción

En pleno siglo XXI, las fuentes de información (libros, revistas e Internet principalmente), están saturados de términos del sentido común, que nada tienen que ver con la ciencia; si esta se concibe, como la explicación objetiva y racional de los objetos materiales del universo. Este problema, es de trascendental importancia en los medios académicos y científicos, ya que se están formando profesionales e investigadores, con un bagaje de conocimientos empíricos, que no rebasan el ámbito de la apariencia –lo que parece y no es- de los objetos y como la verdad objeto de estudio de las ciencias, no está en el sentido común; entonces es necesario, que el conocimiento se mueva de la apariencia a la esencia, ya que la verdad está en la esencia de los objetos materiales. Así pues, la verdad es la expresión lógica de la esencia, o, la conformidad del pensamiento con la esencia de los objetos de la realidad material y se expresa por medio de conceptos, definiciones y leyes.

Todas las ciencias están estructuradas lógicamente por un sistema de conceptos, definiciones y leyes, que explican teóricamente un campo determinado de la realidad material. En este sentido, se puede decir que toda ciencia es lógica aplicada.

La racionalidad, que constituye la esencia del hombre, no se adquiere por el hecho de nacer, hay que lograrla con mucha paciencia y constancia, a través del desarrollo de habilidades mentales (abstractas), derivadas de complejas operaciones mentales como: el análisis y síntesis, inducción y deducción, comparación,  abstracción, etc., a través de las cuales la información aportada por la sensibilidad se transforma en pensamiento abstracto.

Ante esta situación, es impostergable precisar lo que se entiende por concepto, definición y ley, como formas del pensamiento abstracto y como sistema lógico que expresa la verdad de la esencia de los procesos materiales, para que gradualmente se disminuya la trasmisión de gran cantidad de conocimientos superficiales inherentes al sentido común, que se consideran como "conceptos" y "definiciones", con los que se “bombardea” a los estudiantes y a los investigadores; que en realidad nada tienen que ver con la ciencia; para que se formen profesionales y científicos que se muevan en sus respectivos campos de desempeño profesional de manera consciente, más allá de la apariencia de los objetos.


2. Dialéctica de la apariencia y esencia


Rosental y Straks (1960) expresan la compleja unidad de los aspectos internos -esencia- y externos -apariencia- de los objetos y procesos de la realidad objetiva. En cuanto categorías del conocimiento, la apariencia y la esencia reflejan la unidad dialéctica de los grados sensible y racional del proceso cognoscitivo, que revela la esencia profunda de las cosas, sobre la base de la práctica.

La solución acertada del problema de las categorías de apariencia y esencia, la justa interdependencia dialéctica, se haya indisolublemente vinculada al desarrollo científico de la teoría del conocimiento en general.

El error de los materialistas sensualistas consistía en subestimar la función del pensamiento abstracto en el descubrimiento de la esencia de los fenómenos; es decir, en su incapacidad para comprender la compleja dialéctica del proceso cognoscitivo. En contraposición a ellos, los materialistas racionalistas subestimaban el papel del factor sensible. Ni unos ni otros, por otra parte, comprendían el papel determinante que desempeña la práctica, así como el papel de la actividad humana transformadora, como bases del progreso del conocimiento.

Los filósofos idealistas, por supuesto, no podían resolver tampoco el problema de las relaciones mutuas entre la esencia y la apariencia. Los agnósticos como Kant y otros, negaban, en general, la posibilidad de llegar a conocer la esencia y separaban la esencia y la apariencia, como si fueran dos aspectos aislados, limitando el objeto del conocimiento simplemente al mundo de los fenómenos. Los idealistas racionalistas, que reconocían el papel activo que el pensamiento desempeñaba en el conocimiento, exageraban a tal grado dicho papel, que acababan por ver en él al creador de la realidad material, la esencia más profunda de todos los fenómenos del universo.

Los idealistas empiristas, por el contrario, llevaban a términos absolutos el papel del factor sensible del conocimiento, considerando las sensaciones como los elementos primarios del mundo y reduciendo éste a un conjunto de sensaciones.

El materialismo dialéctico, resuelve de modo muy distinto el problema de la esencia y la apariencia. Esta filosofía ha superado la unilateralidad, la limitación, el carácter metafísico del viejo materialismo y arrojado por la borda la pretensión de los filósofos idealistas de construir un mundo a base de conceptos lógicos. Para el materialismo dialéctico, la esencia y la apariencia son dos aspectos indisolublemente vinculados de la realidad objetiva; uno de ellos, el aspecto interno –la esencia- no puede manifestarse sino a través del aspecto externo –la apariencia-. Ahora bien, los dos aspectos no coinciden nunca plenamente en el modo de manifestarse, y es precisamente esta falta de coincidencia lo que hace necesario el proceso mismo del conocimiento científico. En efecto, la ciencia no tiene otro fin que el descubrir detrás de lo externo, detrás de lo que se percibe inmediatamente, el fundamento, la esencia de las cosas; es decir, el otro aspecto, el aspecto oculto e interno. Esta dialéctica de la esencia y la apariencia sirve de base para resolver acertadamente el problema de las mutuas relaciones entre el conocimiento sensible y el pensamiento abstracto, en el descubrimiento de la esencia de las cosas. La teoría dialéctica, materialista, del conocimiento parte del principio de que el hombre, en el curso de su actividad práctica, entra en relaciones de interdependencia con los objetos y fenómenos del mundo objetivo, de que sus órganos de los sentidos reflejan dichos objetos y fenómenos, y de que, mediante el pensamiento abstracto somete a un análisis lógico los datos suministrados por los órganos de los sentidos. Es así como el hombre avanza del conocimiento de la apariencia a la esencia; del conocimiento de lo inmediato, de lo externo, al de lo mediato e interno.

La unidad de la esencia y la apariencia reviste un carácter contradictorio. La esencia expresa algo universal, en tanto que la apariencia hace patente a algo singular; en la esencia se presenta el aspecto interno, profundo, de la realidad, mientras que en la apariencia se muestra el aspecto externo, superficial; la esencia tiene mayor estabilidad, se halla en reposo y es constante; en cambio, la apariencia se distingue por su movilidad y mutabilidad; la esencia se manifiesta por medio de la apariencia, en tanto que ésta se presenta en forma directa e inmediata.

Así pues, la esencia es el aspecto interno, relativamente estable, de la realidad objetiva, que permanece oculto tras la superficie de la apariencia y que se manifiesta a través de ella. La apariencia es el aspecto externo más móvil y cambiante de la realidad objetiva, que constituye la forma de manifestarse de la esencia.


3. La verdad científica: expresión lógica de la esencia

El concepto, constituye la “célula” fundamental con la que opera el pensamiento, objeto de estudio de la Lógica. Rosental y Straks (1960), señalan que el concepto, es la forma del pensamiento que sintetiza nuestros conocimientos; en él se reflejan los rasgos generales y esenciales de un conjunto más o menos amplio de objetos. El concepto es el resultado de la abstracción de lo singular y particular, del descubrimiento de lo universal en lo singular y de la fijación de este último en nuestro pensamiento.

La Lógica no se agota con los conceptos, como formas abstractas del pensamiento, ya que su carácter genérico no permite su percepción sensible y sólo es posible su expresión a través del lenguaje. Es este el que permite generalizar. El hecho de que lo general o universal expresado en el concepto, no tenga existencia sensible, no significa que no exista, únicamente significa que al ser inherente a un conjunto de objetos singulares, no podemos percibirlo debido a que carecemos de un sentido general; sólo es posible apropiárselo mediante la abstracción y fijarlo en el concepto.

Todas las ciencias son lógicas aplicadas y su fundamento básico consiste en ser un sistema de conceptos. Por ejemplo la Física opera con conceptos particulares, tales como: materia, movimiento, espacio, tiempo, etc. Los conceptos al ser abstracciones sintéticas “puras”, son insuficientes para entender la verdad como sistema. Es necesario progresar a la definición del concepto, para “llenarlo” de contenido material. La definición en la Lógica, según los autores arriba mencionados, se llama al pensamiento acerca del contenido del concepto o al descubrimiento de este contenido.  Este está dado por el objeto sensible, pero dado que contiene múltiples propiedades que le pueden dar contenido al concepto; en este sentido puede haber diversas definiciones, muchas de las cuales tienen que ver con la apariencia sensible; por consiguiente, es necesario destacar los rasgos esenciales del objeto que le darán contenido al concepto.

Larroyo (2011), en la Introducción a los Tratados de Lógica de Aristóteles, explica, que la definición consiste en buscar el género próximo y añadir, la diferencia específica. Por ejemplo: El hombre es una animal (género próximo) racional (diferencia). Es evidente, que la definición, como forma del pensamiento, implica la unidad del género y la especie; pero, tanto el género como la especie, son esencias, de primer y segundo orden, como lo prueba el ejemplo, en el que tanto el género animal, como lo racional, son expresiones de lo universal en dos niveles: lo general (animal) y lo particular (especie humana). En este sentido, la definición, es un juicio, que establece con precisión los límites del concepto, separando sus dominios de todos los demás (De Gortari, 1959).

Tanto el concepto como la definición, expresan parcialmente el sistema de la verdad; esta, también se expresa a través de las leyes (teorías) que son fundamentales en todas las ciencias.

Es evidente que lo único que existe en el universo es materia que se mueve; pero si todo se mueve, ¿que importancia práctica tiene estudiar lo que hoy es una cosa y mañana es otra? Ninguna; en consecuencia, en la ciencia lo que se busca en el movimiento permanente de la materia, es el reposo relativo que expresa la ley que rige la variabilidad de los procesos materiales.

La ley como concepto fue definida por Hegel (1807) en su Fenomenología del espíritu como el mundo suprasensible, un tranquilo reino de las leyes, ciertamente más allá del mundo percibido, ya que este mundo sólo presenta la ley a través del constante cambio, pero las leyes se hallan precisamente presentes en él, como una tranquila imagen inmediata; es decir, la ley es la imagen constante del fenómeno inestable. Esta concepción de la ley coincide con su expresión moderna, al definirse como lo invariable y permanente en la variabilidad de los fenómenos.

Hasta aquí se ha dicho que la verdad es un sistema, cuyos componentes centrales estrechamente relacionados, son: el concepto, la definición y la ley. Estas formas del pensamiento, asociadas con la verdad, tienen como rasgo común, el ser expresiones lógicas de la esencia de los objetos materiales. La esencia como concepto, expresa lo que está oculto, detrás de la apariencia de los objetos, lo interno en contraposición a lo externo, lo relativamente estable en la variabilidad de los fenómenos materiales. Por la definición de la esencia, es evidente que está íntimamente vinculada al concepto, a la definición y a la ley. Con el primero, está emparentado, en el sentido de que el concepto no sólo refleja lo genérico, sino también lo esencial, lo que está oculto a la sensibilidad de los objetos singulares; la definición, al ser concebida como la expresión lógica de la esencia material del concepto, es obvia su correlación con la esencia; finalmente, la ley al definirse como lo invariable y permanente en el movimiento de los objetos materiales, también se relaciona con la esencia en la medida que tiene que ver con la estabilidad y constancia relativas, en la variabilidad de los procesos materiales.

Es conveniente no confundir la esencia y la verdad. Esta es la expresión lógica de la esencia; esta, es inherente a los objetos materiales.

Hegel (1833), fundamenta las diferencias de la verdad y la esencia en los siguientes términos: “La verdad y la esencia no son lo mismo; la verdad es la esencia pensada, mientras que la esencia es él en sí simple”. La verdad es la esencia hecha pensamiento y la esencia está en los objetos y constituye su fundamento.

Del mismo modo la concibe Feuerbach (1841), al definir la verdad, en la forma siguiente: Verdad es aquello que coincide con la esencia de la especie, error lo que la contradice. Otra ley de la verdad no existe…” Es decir, la verdad es algo lógico inherente al pensamiento y la esencia es algo material oculto en los objetos materiales sensibles y que hay que descubrirla a través del pensamiento abstracto.

  
   
4. Conclusiones
  • El concepto es la "célula" del pensamiento y refleja lo general de los objetos materiales, por medio del lenguaje.
  • La definición del concepto es la expresión lógica de su contenido (esencia).
  • El concepto como la generalización de lo singular, tiene que individualizarse a través de la definición.
  • La verdad es resultado de un proceso complejo, en el que el conocimiento se mueve de la apariencia a la esencia de los objetos.
  • La ley es la expresión lógica de lo permanente e invariable en el movimiento de los objetos materiales.
  • La verdad no está en el sentido común (apariencia)  de los objetos materiales.
  • La verdad está en la esencia de los objetos materiales.
  • La verdad es la conformidad del pensamiento con la esencia de los objetos materiales.
  • La verdad es la expresión lógica de la esencia y se expresa a través de conceptos, definiciones y leyes.
  • La verdad no es sensibilidad, es pensamiento.
  • Opiniones o puntos de vista, hay muchos; pero, la verdad es una, por que la esencia es una en cada campo particular de la realidad material.


    4. Bibliografía


De Gortari E. 1959. Introducción a la lógica dialéctica. Fondo de Cultura Económica. México, D.F.

Feuerbach L. 1841. La esencia del cristianismo. Pdf. Internet.

Hegel W.G. 1807 (1994). Fenomenología del espíritu. Fondo de Cultura económica. México, D.F.

Hegel W.G. 1833 (2011). Lecciones sobre historia de la filosofía. Fondo de Cultura Económica. México, D.F.
      
   Rosental M. y Straks G. M. 1960. Categorías del materialismo dialéctico. Editorial  Grijalvo.       México, D.F.

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