jueves, 18 de octubre de 2018

IMPACTO DE LA TECNOLOGÍA EN DEGRADACIÓN DEL SUELO Y DEL AGUA...

IMPACTO DE LA TECNOLOGÍA EN LA DEGRADACIÓN DEL SUELO Y DEL AGUA EN EL MUNDO Y EN MÉXICO
Valentín Vásquez
Oaxaca, México
valeitvo@yahoo.com.mx

1. INTRODUCCIÓN

Desde que Darwin escribió El origen del hombre (1871), mucho se ha escrito acerca de la evolución de la especie humana. Sin embargo, es poco lo que se ha escrito sobre el papel de la tecnología paleolítica, específicamente de los instrumentos de trabajo utilizados para la producción de bienes de subsistencia del hombre primitivo, especialmente de los alimentos y su impacto en los recursos: suelo y agua.

Indudablemente que son los paradigmas de las épocas históricas los que condicionan el carácter de las investigaciones en las ciencias. En este sentido el paradigma filosófico predominante en las disciplinas científicas particulares, hasta el presente y aún más durante los siglos XVII y XIX, consistió en considerar a la inteligencia –mente- como el rasgo esencial de la especie humana, a tal grado que el gran naturalista sueco Carlos Linneo clasificó al hombre como Homo sapiens, dejando de lado otros atributos muy importantes que separan a los humanos de sus antecesores homínidos, como es el trabajo, entendido como la capacidad de fabricar herramientas de trabajo y de defensa, que fueron cruciales para que el hombre se elevara a un grado superior de evolución.

En realidad fueron los instrumentos de piedra más rudimentarios, los que permitieron al Homo habilis dar el “salto” para superar a su antecesor el australopiteco. Las nuevas tecnologías líticas creadas por el Homo erectus le permitieron producir el fuego, con el que se protegieron del frío y de las fieras salvajes, con las que coexistió y luego usarlo en el cocido de los alimentos. La incorporación de carne a la dieta, tuvo consecuencias trascendentales, de tal  forma que se produjo un aumento en el tamaño del cerebro, al pasar de 650 gramos de su predecesor el Homo habilis a 900 gramos. Es evidente el cambio cuantitativo en el tamaño del cerebro, pero como es obvio no se puede dejar de lado el aspecto cualitativo, por lo que a la par con el crecimiento, el cerebro se volvió más complejo. El hombre de Cro-Magnon con un cerebro más grande (1500 gramos) y más complejo,  perfeccionó los instrumentos de trabajo, con lo que su actividad productiva se hizo más compleja socialmente, lo que repercutió en la aparición del lenguaje articulado, base del pensamiento abstracto.

Con el origen de la especie humana hace unos dos millones de años, también aparece el trabajo como su rasgo esencial definitorio e inaugura la economía –producción y distribución de medios de subsistencia-, primero de apropiación directa de los alimentos que el medio natural –principalmente la tierra y el suelo- le proporcionada, principalmente productos vegetales, caza de animales salvajes y pesca; cuyos instrumentos de trabajo rudimentarios de baja productividad, a base de piedra, hueso y madera; condicionaron la existencia de una comunidad nómada igualitaria. El largo período del hombre paleolítico, preparó las condiciones para el surgimiento de la primera revolución tecnológica productiva: la Revolución Neolítica hace unos 10 000 años, basada en una tecnología más perfeccionada, que permitió el cultivo de plantas (agricultura) y la domesticación de animales (ganadería), actividades económicas, cuya productividad del trabajo incrementó la disponibilidad de alimentos, condicionando así la existencia de una sociedad clasista de naturaleza esclavista, en la que la propiedad comunal de la tierra que le antecedió fue relevada por la propiedad privada de la tierra, como principal medio de producción de alimentos. A la sociedad esclavista la sucedió la sociedad feudal (siglos: V-XV) y después de unos mil años de existencia, fue relevada por la sociedad capitalista imperante todavía. Con el capitalismo, aparece la ganancia, derivada de la explotación del trabajo ajeno y de los recursos naturales e, impulsa la productividad del trabajo, a través de sucesivas revoluciones tecnológicas –principalmente la mecánica de la segunda mitad del siglo XVIII y la química y eléctrica en siglo XIX-, que aunque han aumentado la disponibilidad de alimentos, han degradado los recursos naturales, particularmente, el suelo, haciéndolo más susceptible a la erosión, cuya pérdida, pone en riesgo la seguridad alimentaria en el mundo y en México.

2. ANTECEDENTES

El antecedente más relevante respecto al trabajo como fundamento de la tecnología fue propuesto por Federico Engels. Concretamente,  en1876, cinco años después que Darwin publicara su obra: El Origen del hombre (1871), en un escrito inconcluso, titulado: El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre, escribió:

“El trabajo es la fuente de toda riqueza, afirman los especialistas en economía política. Lo es, en efecto, lo mismo que la naturaleza, que provee de materiales que él convierte en riqueza. Pero el trabajo es muchísimo más que eso. Es la condición básica y fundamental de toda la vida humana. Y lo es en grado tal que, hasta cierto punto debemos decir que el trabajo ha creado al propio hombre”.

Refiriéndose a los monos antropomorfos “parientes” del hombre, afirmó:

“Es de suponer que como consecuencia, ante todo, de su género de vida, por el que las manos, al trepar, tenían que desempeñar funciones distintas a las de los pies, estos monos se fueron acostumbrando a prescindir de ellas al caminar por el suelo y empezaron a adoptar cada vez más una posición erecta. Fue el paso decisivo para la transición del mono al hombre”.

Con el trabajo las relaciones sociales se volvieron más complejas y junto con las premisas biológicas, dieron origen al lenguaje, cuyas consecuencias, el autor citado las sintetiza así:

“En resumen, los hombres en formación llegaron a un punto en el que tuvieron algo que decirse unos a otros. La necesidad creó el órgano: la laringe poco desarrollada del mono se fue transformando, lenta pero firmemente, mediante modulaciones que producían a su vez modulaciones más perfectas, mientras los órganos de la boca aprendían poco a poco a pronunciar un sonido articulado tras otro…La comparación con los animales prueba que esta explicación del origen del lenguaje a partir del trabajo y con el trabajo es la única correcta…Primero el trabajo, luego con él el lenguaje articulado, fueron los dos estímulos principales bajo cuya influencia el cerebro del mono se fue transformando gradualmente en cerebro humano, que, a pesar de toda su similitud, lo supera considerablemente en tamaño y en perfección. Y a medida que se desarrollaba el cerebro, se desarrollaban también sus instrumentos más inmediatos: los órganos de los sentidos. De la misma manera que el desarrollo gradual del lenguaje es acompañado necesariamente del correspondiente perfeccionamiento del órgano del oído, así también el desarrollo general del cerebro está ligado al perfeccionamiento de todos los órganos de los sentidos… El desarrollo del cerebro y de los sentidos a su servicio, la creciente claridad de conciencia, el poder de abstracción y de discernimiento cada vez mayores, reaccionaron a su vez sobre el trabajo y el lenguaje, estimulando más y más su desarrollo. Cuando el hombre se separa definitivamente del mono, este desarrollo no cesa ni mucho menos, sino que continúa, en distinto grado y en distintas direcciones entre los distintos pueblos y en las diferentes épocas, interrumpido incluso a veces por regresiones de carácter local o temporal, pero avanzando en su conjunto a grandes pasos, considerablemente impulsado y, a la vez, orientado en un sentido más preciso por un nuevo elemento que surge con la aparición del hombre completo: la sociedad”.

En seguida Engels plantea cuestiones de trascendental importancia para comprender la evolución del hombre. Primero, precisa que el trabajo empieza propiamente con la fabricación de instrumentos, cuya aplicación tecnológica en la producción de alimentos fue crucial para el posterior desarrollo de la especie humana:

“Seguramente tuvieron que pasar centenares de miles de años –que en la historia de la Tierra tienen menos importancia que un segundo en la vida de un hombre- antes de que la sociedad humana surgiese de aquellas manadas de monos que trepaban por los árboles. Pero, finalmente, surgió. ¿Y qué es lo que volvemos a encontrar como diferencia característica entre la manada de monos y la sociedad humana? Otra vez el trabajo…No cabe duda de que la explotación rapaz debía llevar a la raza de monos que superaba con ventaja a todas las demás en inteligencia y capacidad de adaptación a utilizar en la alimentación un número cada vez mayor de nuevas plantas y cada vez más partes comestibles de éstas; en una palabra, debía llevar a que la alimentación, cada vez más variada, aportase al organismo nuevas y nuevas sustancias, las cuales creaban las premisas químicas para la transformación de estos monos en seres humanos. Pero todo esto no era trabajo en el verdadero sentido de la palabra. El trabajo comienza con la elaboración de instrumentos. ¿Y qué son los instrumentos más antiguos, si juzgamos por los restos que nos han llegado del hombre prehistórico, por el género de vida de los pueblos más antiguos que registra la historia, así como por el de los salvajes actuales más primitivos? Son instrumentos de caza y de pesca; los primeros utilizados también como armas. Pero la caza y la pesca presuponen la transición de la alimentación exclusivamente vegetal a la alimentación acompañada con el uso de la carne, lo que significa otro importante paso en el proceso de transformación del mono en hombre. La alimentación con carne ofreció al organismo, en forma casi completa, las sustancias más esenciales requeridas por el organismo para su metabolismo…Y cuánto más se alejaba el hombre en formación del reino vegetal [en su alimentación], más se elevaba sobre los animales. De la misma manera que el hábito a la alimentación mixta convirtió al gato y al perro salvajes en servidores del hombre, así también la adaptación de la alimentación con carne combinada con la dieta vegetal contribuyó poderosamente a dar fuerza física  e independencia al hombre en formación. Pero donde más se manifestó la influencia de la dieta con carne fue en el cerebro, que recibió así en cantidad mucho mayor que antes las sustancias necesarias para su alimentación y desarrollo, con lo que su perfeccionamiento fue haciéndose mayor y más rápido y perfecto de generación en generación. Debemos reconocer –y perdonen los señores vegetarianos- que el hombre no habría llegado a ser hombre sin la alimentación con carne”.

Otro gran invento tecnológico básico para la evolución del hombre, fue primero la “domesticación” y luego el uso del fuego principalmente en la preparación de los alimentos obtenidos en la caza. La incorporación de alimentos cocidos en la dieta del hombre, implicó otro salto en la evolución del hombre, especialmente en el desarrollo de la capacidad cerebral.

En palabras de Engels:

“La alimentación con carne significó dos nuevos avances de importancia decisiva: el uso del fuego y la domesticación de animales. El primero redujo aún más el proceso de digestión, ya que permitía comer, como si dijéramos, comida medio digerida; el segundo multiplicó las reservas de carne, pues junto con la caza, ofrecía una nueva fuente para obtenerla en forma más regular y proporcionó, con la leche y sus derivados, un nuevo alimento, que en cuanto a composición era por lo menos del mismo valor que la carne. Así, pues, estos dos avances se convirtieron directamente para el hombre en nuevos medios de emancipación”.

Así pues, fue el trabajo el rasgo esencial que permitió a la especie humana elevarse por encima del resto de homínidos que le antecedieron. El antecesor del hombre primitivo fue el Ardipitecus ramidus, especie que vivió hace unos siete millones de años y debido al cambio del clima tuvo que descender de los bosques y moverse por la sabana africana –extensa llanura con árboles espaciados-. Luego lo sucedió el Australopitecos afarensis, hace uno 3-4 millones de años, caracterizado por su desplazamiento bípedo y erecto. Su desplazamiento bípedo era torpe; sin embargo, el movimiento bípedo y erguido significó un cambio biológico revolucionario, ya que le quedaron libres las manos, primero para manipular objetos, que aunado a su carácter social, le permitió  protegerse de los animales depredadores y ahuyentarlos para participar como carroñeros de animales cazados por animales salvajes que, coexistieron con ellos en la sabana africana. Muchos australopitecos desaparecieron al ser presas de animales salvajes, los que sobrevivieron dieron el “salto” cualitativo y dieron origen al hombre primitivo: el Homo habilis hace unos dos millones de años.

2.1. El hombre primitivo producto de la tecnología paleolítica

Con el Homo habilis apareció el rasgo esencial de la especie humana: el trabajo, entendido como la capacidad de fabricar instrumentos de trabajo y de defensa para apropiarse de los medios de subsistencia básicos. Desde luego las herramientas de trabajo, eran muy rudimentarias a base principalmente de piedra, hueso y madera; instrumentos que fueron cruciales en la sobrevivencia en la infancia de la especie humana, dada su coexistencia con fieras salvajes depredadoras. Su alimentación era esencialmente carnívora complementada con productos vegetales, lo que repercutió en el desarrollo de un cerebro más grande (600-700 gramos) y más complejo que sus antecesores australopitecos, cuyo cerebro era menor y menos complejo, con un tamaño de 400-500 gramos.

El carácter nómada del hombre paleolítico en la búsqueda de alimentos de origen vegetal y animal, lo impulsaron a una migración permanente por diversos lugares, de tal forma que hace unos 40,000 años apareció el Homo sapiens en Europa, particularmente, en lo que actualmente es Francia y España, denominado hombre de Cro-Magnon,  por el sitio en el que fueron encontrados sus restos fósiles. Sus herramientas de trabajo habían mejorado notablemente, hechas principalmente a base de piedra y hueso, para la caza de animales salvajes y la recolección de productos vegetales. Se trató del hombre moderno propiamente, con un cerebro ya muy desarrollado, tanto cuantitativamente como cualitativamente, cuyo peso rondaba los 1500 gramos. Con su cerebro más complejo el Homo sapiens desarrolló la conciencia, propiedad esencialmente humana, de reflejar el mundo material a través de ideas mentales, las cuales implicaban el desarrollo del lenguaje articulado, fundamento del pensamiento abstracto. Particular mención merece el arte, expresado en las pinturas rupestres, en las que plasmaban su vida cotidiana, principalmente la caza de animales salvajes de la cual dependía su existencia.

Dada su naturaleza nómada por la necesidad de proveerse de alimentos, el Homo sapiens migró de su cuna: en el oriente africano, hacia Europa, Asia, Oceanía y América. En el Continente Americano arribó hace unos 30,000 años, a través del Estrecho de Bering, aprovechando un "puente" natural debida a la congelación del océano y finalmente llega hace 13 000 años a Sudamérica.

La migración espacial del Homo sapiens se observa en el siguiente mapa del mundo.

Imagen1. Migración del Homo sapiens desde su cuna africana al resto del Mundo
Fuente: Https://1.b.p.blogspot.com/

El incipiente desarrollo tecnológico del hombre paleolítico lo obligó a una movilidad –nomadismo- constante en búsqueda de alimento, desplazándose desde el oriente africano a todos los continentes, como se evidencia en la anterior imagen.

La economía de apropiación directa que el hombre paleolítico practicó fue la recolección de productos vegetales (frutos, hojas, tubérculos, et.), caza de animales salvajes y pesca. La tecnología que utilizaron para proveerse de alimentos fueron: producción del fuego, lanzas, arcos, puntas de flechas y canoas.

El incipiente desarrollo de la tecnología del hombre paleolítico condicionó una baja productividad de su trabajo, lo cual repercutió en una baja capacidad para proveerse de alimentos, lo que determinó su estilo de vida nómada y comunitaria.

Las tecnologías paleolíticas que hicieron posible la economía de apropiación directa de la sociedad paleolítica, se presentan en la siguiente imagen.

Imagen 2. Economía y tecnologías paleolíticas asociadas

En México, según Semo (2006) la especie humana llegó hace unos 22 000 años y desde entonces hasta hace unos 4000-5000 años, su economía se caracterizó por la apropiación directa de los alimentos vegetales y animales que la propia naturaleza le proporcionaba, específicamente se trató de actividades de recolección, caza de animales salvajes y pesca; economía basada en instrumentos rudimentarios, cuya baja productividad del trabajo condicionó la existencia de una comunidad igualitaria. El prolongado período de existencia de la sociedad igualitaria, preparó las condiciones para el aumento de la productividad del trabajo y con ello determinó, el surgimiento de sociedades estratificadas hace unos mil años antes de Cristo, cuya máxima expresión fue la civilización Azteca que perduró hasta 1521 cuando fue conquistada por los españoles.

2.2. Tecnología neolítica

El prolongado período Paleolítico, de unos dos millones de años, preparó las condiciones para el surgimiento de la revolución tecnológica neolítica. Esta consistió en la domesticación de plantas –agricultura- y la domesticación de animales -ganadería- y efectivamente se trató de una verdadera revolución productiva, al pasar de una economía basada en la apropiación directa de lo que la naturaleza proporcionaba, a una nueva economía productora, basada en la producción de alimentos, a través del cultivo de plantas y domesticación de animales.

Las condiciones ambientales que favorecieron el surgimiento de la agricultura y la ganadería fue el inicio de un período inter-glacial relativamente cálido, conocido como Holoceno hace unos 10 000 años a.C. caracterizado por un aumento gradual la de temperatura.

La revolución tecnológica productiva generada –agricultura y ganadería-, solo fue posible porque se produjo un “salto” cualitativo en el desarrollo de la tecnología paleolítica que produjo una mejora en la productividad del trabajo y como consecuencia una mayor disponibilidad de productos alimenticios e incluso excedentes. Estas dos condiciones, permitieron el desarrollo de la producción mercantil, primero con el intercambio de excedentes entre las diversas tribus comunitarias y posteriormente en el interior de las mismas comunidades; así como aparición de la propiedad privada de la tierra como principal medio de producción de alimentos  y materias primas. Ambas condiciones, contribuyeron al origen de las sociedades clasistas, que sucedieron a las antiguas sociedades igualitarias, cuyo rasgo esencial fue la propiedad comunal de la tierra. Así es como surge la sociedad esclavista, basada en el trabajo esclavo, especialmente en las antigua Grecia y Roma. A pesar de la naturaleza esclavista de la sociedad neolítica, representó un cambio progresivo en el desarrollo de la sociedad, ya que permitió la división del trabajo en intelectual y físico. El primero desarrollado por la clase esclavista o por sus representantes, el cual hizo posible el surgimiento de la ciencia, forma superior de la conciencia humana. Por el contrario, el trabajo físico lo ejercieron los esclavos al servicio de la clase esclavista y consistió básicamente en producir los alimentos que la sociedad esclavista demandaba para su existencia.

Refiriéndose a la revolución neolítica, Andreev (1988), destaca la importancia de la tierra como productora de alimentos y de materias primas para la industria artesanal: “al lado de la piedra, el hueso, la madera y el metal; figuraban ya, en un grado, la tierra como medio de producción de comestibles, laboratorio de la naturaleza y depósito de la materia prima, así como diversos elementos de la flora y la fauna ligados a ella. Ya los primeros instrumentos de trabajo artificiales muy primitivos, hicieron posible elevar visiblemente la productividad de las plantas y animales  útiles al hombre. La evolución ulterior de la agricultura –horticultura al principio- y de la ganadería nómada contribuyó al progreso en la fabricación de herramientas y a la diversificación de los materiales utilizados con este fin. Así se crearon premisas para unir los logros de la producción industrial con la fuerza muscular de los animales domesticados en el curso del desarrollo de la ganadería y con elementos de la naturaleza tales como el viento, el agua, el calor, etc.”.

Los rasgos principales de la economía del período Neolítico y las herramientas tecnológicas, se ilustra en la imagen que a continuación se muestra.

Imagen 3. Economía y tecnologías neolíticas asociadas
Fuente. https://2.bp.blogspot.mx

En la imagen anterior se observa la división social del trabajo en la sociedad neolítica, en la que destacan el cultivo de plantas –agricultura-, la domesticación de animales y la pesca, así como los instrumentos de trabajo que el hombre neolítico utilizó, los cuales aumentaron la productividad del trabajo y con ello se incrementó la disponibilidad de alimentos para consumo y el estilo de vida sedentario evidenciado por la construcción de viviendas de la alfarería. Así surgieron las ciudades y con ello las primeras civilizaciones.

2.3. Revoluciones industriales de los siglos XVIII y XIX

La tecnología utilizada en la domesticación de animales y en la agricultura permaneció relativamente estable durante miles de años, hasta que se produjo la primera Revolución Industrial entre 1750 y 1850 en Inglaterra, cuya esencia fue la fabricación de máquinas que al extenderse a la producción agropecuaria potenciaron la producción de alimentos. Pero con la nueva tecnología, también se alteró la dinámica natural de evolución de los recursos naturales, tanto abióticos –suelo y agua- como de los biológicos –flora y fauna-. La agricultura  y la ganadería se intensificaron y se extendieron espacialmente, incorporando enormes extensiones de tierras a las actividades agropecuarias en detrimento de las áreas forestales. El resultado fue la destrucción de la cobertura vegetal de los suelos y la consiguiente exposición de los mismos a la acción del viento y el agua, generándose así las condiciones para el surgimiento de la erosión de los mismos y la alteración de los procesos del ciclo hidrológico, particularmente, aumentó el escurrimiento y disminuyó la infiltración, procesos que provocaron la pérdida del suelo.

Con la primera revolución industrial inicia propiamente la nueva era geológica que, Crutzen (1995) califica como Antropoceno, en la que el actor principal es la sociedad humana, dado en unos dos cientos años ha causado una catástrofe ambiental que amenaza la existencia de la propia especie humana.

En la imagen que se muestra en seguida la nueva era geológica propuesta por Crutzen.

Imagen 4. Nueva era geológica: Antropoceno

A la revolución mecánica basada en las máquinas, le siguió la revolución química basada en la producción artificial de productos químicos, que al aplicarlos en la producción agropecuaria, alteraron radicalmente el medio ambiente, particularmente la muerte de microorganismos que viven en el suelo en asociación con las plantas superiores y reciclan los nutrientes, así como la contaminación del agua y del aire.

Si bien es cierto que tanto la revolución mecánica como la química se iniciaron en Europa, posteriormente se extendieron a todo el mundo. Sus consecuencias para el medio ambiente han sido catastróficas, particularmente en los últimos 50 años, a tal grado que actualmente existe una crisis ambiental extrema, particularmente la degradación física –erosión- y contaminación del suelo, así como del agua y del aire,  como lo documenta recientemente, la FAO (2017) al estimar que cada año se pierden por la erosión entre 12 y 13 millones de hectáreas de suelo en el mundo, equivalentes a 1.4 veces el Estado de Oaxaca y aun así, la misma FAO afirma que produce el 95% de los alimentos en el mundo. A pesar del grave deterioro físico del recurso suelo, todavía en el mundo sigue siendo importante para la producción de alimentos que consume la población mundial.

En México, durante miles de años las comunidades prehispánicas aprovecharon y conservaron sustentablemente sus recursos naturales, en gran parte por la propiedad comunal de la tierra y acorde con ella el trabajo comunitario –tequio- en la ejecución de las obras de conservación del suelo y del agua y para el aprovechamiento racional de los recursos naturales. La situación se alteró radicalmente con la conquista española en 1521. Después de un período de transición (de 1521 a la segunda mitad del siglo XVI), las comunidades nativas fueron despojadas por diversos mecanismos y, frecuentemente de forma violenta de sus tierras por los conquistadores y convertidas en propiedad privada de los hacendados. Sin embargo, a medida que se abrían paso las relaciones de producción capitalistas en la época de la Reforma (1855-1860) y durante el porfirismo (1876-1910), los hacendados se fortalecieron aún más, ya que la gran cantidad de tierras en poder de la Iglesia fueron acaparadas por ellos, dando origen a extensos latifundios. En estas condiciones, lo que movió a los hacendados en la producción agropecuaria, fue la rentabilidad económica, es decir el lucro para obtener mayores ganancias a costa de la destrucción de los recursos naturales y deterioro de la salud de los trabajadores del campo. Con la Revolución de 1910-1917 y las reformas agrarias subsecuentes, derivadas de la nueva Constitución de 1917, principalmente durante el cardenismo (1934-1940) en el marco jurídico del artículo 27, las haciendas fueron repartidas en propiedades ejidales y comunales a los pueblos. Después de 1940, los nuevos gobiernos emprendieron la “guerra” contra las propiedades de tierras ejidales y comunales de los pueblos; pero el mayor ataque se dio 1992 cuando fue modificado el espíritu constitucional del artículo 27, para favorecer la privatización de las tierras comunales y ejidales. La nueva privatización no solo ha despojado “legalmente” a los ejidatarios y comuneros de sus tierras, junto con ellas se han privatizado también los recursos minerales –oro, plata y hierro principalmente-, cuya explotación por empresas nacionales y extranjeras, ha provocado una devastación ambiental, por la contaminación de las aguas superficiales y subterráneas, generando problemas de salud muy graves. Es evidente, pues, que la propiedad privada de las tierras y sus recursos asociados –agua, suelos, bosques, minerales, etc.-, es incompatible con un aprovechamiento racional –sustentable- de los recursos naturales, de tal forma que en la actualidad existe una crisis integral del sistema socio-económico: económica, política y ambiental, particularmente, la degradación, física, química y biológica del recurso suelo, de tal magnitud que pone en riesgo la seguridad alimentaria del país.


3. RESULTADOS Y DISCUSIÓN

La especie humana es relativamente reciente en la historia geológica de la Tierra de aproximadamente 4 500 millones de años, pero, a pesar de que el hombre tiene alrededor de dos millones de existencia, los cambios que ha producido en el medio ambiente, son tan drásticos, que con razón Crutzen (1995) afirma que se trata de una nueva era: El Antropoceno, caracterizada por el permanente desarrollo tecnológico. Sin embargo, la aseveración de una nueva era, no es válida para todo el período paleolítico, puesto, que durante este prolongado período, la especie humana estuvo formada por sociedades comunitarias pequeñas; en consecuencia, coexistieron en armonía con su medio ambiente.

Respecto al período Neolítico que sucedió al período Paleolítico, cuya tecnología más perfeccionada permitió mayor productividad de la actividad agropecuaria y con ello una mayor disponibilidad de alimentos, haciendo posible el sedentarismo y el surgimiento de las ciudades y las civilizaciones antiguas, que, no obstante, haber aumentado la población neolítica en comparación su antecesora paleolítica; por consiguiente, el impacto en el medio ambiente en general y particularmente en el suelo y el agua fue mínimo.

Si bien es cierto que durante aproximadamente dos millones de años el hombre paleolítico, con sus herramientas de trabajo rudimentarias, a base de piedra y de hueso, su productividad era muy baja, evidenciada por la escasa producción de alimentos, de tal forma que eran obligados a una permanente movilidad –nomadismo- para proveerse de alimentos, resultado más de la cualidad de los recursos naturales, principalmente el suelo, que funcionaba como medio para el aporte de agua y nutrientes para el metabolismo de las plantas, cuya biomasa iniciaba la cadena trófica, de la cual dependía el metabolismo heterótrofo de animales y de la sociedad humana.

Respecto al carácter social del período Paleolítico (2 millones de años-10 000 años), se trató de una comunidad igualitaria en la distribución de los productos naturales y en cuanto a la propiedad de la tierra (suelo) era comunitaria, dado el escaso desarrollo de la producción y la permanente movilidad (nomadismo).

La propiedad del principal medio de producción –la tierra o suelo- fue de carácter comunal, pero una vez que la productividad del trabajo alcanzó cierto umbral, permitió el intercambio mercantil del excedente entre comunidades igualitarias y, luego permeó en el interior de las mismas, generando la división social del trabajo y el intercambio entre grupos de agricultores, ganaderos y artesanos, proceso que posteriormente originó la propiedad privada de la tierra y con ella la sociedad clasista: una clase minoritaria propietaria principalmente de la tierra y el ganado como principales medios de producción y una clase mayoritaria desprovista medios de producción.

El impacto de la tecnología por su aplicación en el manejo del suelo, se produjo después de la revolución neolítica de hace 10 000 años, particularmente, de las revoluciones industriales acaecidas en los siglos XVIII y XIX, principalmente, las revoluciones mecánica y química, cuya mecanización para la preparación de los suelos y el uso de agroquímicos para el manejo de cultivos, si alteraron drásticamente la condición natural del medio ambiente en general y, de los suelos en particular, por lo que a partir de entonces, si se puede decir que aparece la nueva era antropogénica.

Con la aparición de la sociedad clasista y principalmente con el origen del capitalismo en los siglos XVI y XVII en Europa, aparece la ganancia, cuya fuente es el trabajo no pagado –plusvalía- extraído de los trabajadores, surge la explotación irracional de los recursos, cuyo objetivo es la rentabilidad, aunque se agoten los mismos y el trabajador se enferme y/o muera.

Las revoluciones tecnológicas industriales característica del capitalismo, han degradado catastróficamente la naturaleza de los recursos naturales, particularmente del suelo, sobre todo en los últimos 50 años, como lo evidencia la imagen siguiente.

Imagen 5. Tipos y causas principales de degradación de los suelos
Fuente: https://1.bp.blogspot.com/

En la imagen anterior, es evidente que los principales problemas de los suelos que limitan su producción de alimentos son: la degradación física, degradación química, erosión por viento y erosión por agua, siendo los principales la erosión  hídrica y la erosión eólica. En cuanto a las causas, es evidente que la agricultura -apertura de tierras al cultivo-, el sobre pastoreo y la deforestación, son las principales actividades que han destruido la cobertura vegetal que es la principal protección contra la pérdida –erosión- de los suelos.

Como México es parte del mundo, por consiguiente, sus suelos están impactados por los mismos problemas y causas, lo que lo diferencia es la mayor magnitud con que se presentan, dado que se trata de un país subdesarrollado, el que los recursos naturales son explotados irracionalmente por empresas, principalmente, privadas, tanto nacionales como extranjeras.

La erosión es un proceso físico que consiste en el desprendimiento, transporte y depositación en otro sitio –planicies y océanos- del suelo por acción del viento y el agua.

 En las regiones de clima seco (BS) y desértico (BW) que son las más extendidas en México, es más común la erosión eólica; no obstante, la erosión hídrica también es considerable, debido a que las lluvias, aunque escasas, las pocas que se presentan, la mayoría son muy intensas y por ende erosivas. En las regiones tropicales  –sureste del país- de clima cálido (Aw, Am y Af) y regiones montañosas de clima templado húmedo (Cw, Cs y Cf), la pérdida de suelo por erosión hídrica es significativa,

El clima por si solo genera una erosión natural, sin embargo, la principal causa de la erosión es la actividad humana. Específicamente, las actividades agropecuarias, que implican la deforestación para la introducción de cultivos, el ramoneo y compactación por la ganadería, así como la silvicultura, las cuales implican la aplicación masiva de maquinaria, actividades antropogénicas que destruyen la cubierta vegetal protectora del suelo y lo hacen más susceptible a la erosión.

La distribución espacial de la pérdida de suelo y la cantidad de erosión que se estima, principalmente, por la erosión hídrica, se presenta en el siguiente mapa.

Imagen 6. Distribución espacial de la erosión hídrica de los suelos de México

En la imagen anterior, se observa que prácticamente todo el suelo de México está erosionado en diferentes grados. Si a lo anterior, agregamos que se trata de información de 2002, por lo que con toda seguridad el problema de la pérdida de suelo por erosión se ha agudizado, lo que se pone en riesgo la seguridad alimentaria del país.

Los costos en México, por degradación de los recursos naturales, entre los que se encuentra el suelo, son muy elevados,  como se muestra en la siguiente imagen.

Imagen 7. Costos por pérdida de capital natural en México
Fuente: slide_6


Es evidente, en la imagen anterior, que el deterioro de los recursos naturales, impactan en la pérdida del PIB en México en forma significativa (7%).


4. CONCLUSIONES

El rasgo esencial que define a la especie humana, es el trabajo –base de todas las revoluciones tecnológicas- con el que transforma su medio natural, particularmente el suelo, para producir alimentos para su existencia y, con ello contribuir a la seguridad alimentaria de la sociedad humana.

A pesar de que la economía de apropiación directa –recolección de productos vegetales y caza de animales salvajes- fue la que aportó los alimentos para de la especie humana primitiva de carácter nómada, perduró alrededor de dos millones de años, su impacto en la degradación de los recursos naturales fue mínimo, particularmente el suelo, dada la escasa población y la tecnología primitiva en que se sustentó.

La economía de apropiación directa, fue relevada por una economía productora, derivada del cultivo de plantas –agricultura- y domesticación de animales –ganadería- hace unos 10 000 años (en México hace unos 4000-5000 años), conocida como Revolución Neolítica, ya que se trató de un cambio revolucionario, pues, se pasó de una economía dependiente del medio natural, particularmente el suelo, a una economía productora de alimentos para la subsistencia de la especie humana. Sin embargo, su carácter sedentario y la apertura de nuevas áreas para el cultivo de plantas y la domesticación  de animales, implicó la deforestación de la vegetación natural, proceso que favoreció la erosión del suelo y con ello el sustento de la vida vegetal, pero dada la tecnología rudimentaria y la escasa población, su impacto en la tierra, particularmente, en el suelo, fue mínimo.

Contrastando con la economía neolítica, las revoluciones industriales de naturaleza capitalista que la sucedieron,  principalmente, la mecánica y la química, actualmente están causando una catástrofe ambiental planetaria, particularmente, la degradación física –erosión- del suelo, así como la contaminación del aire y del agua, a tal grado que pone en riesgo la seguridad alimentaria del Mundo.
México al ser parte del Mundo, también comparte, la misma problemática ambiental y sus causas, pero, a diferencia de los países desarrollados, es de mayor magnitud, por tratarse de un país subdesarrollado, basado en una economía primario-exportadora de materias primas, que ha generado también una crisis ambiental más drástica. Particular interés tiene la especie humana, que también depende para su sustento del suelo y es la principal causante de su degradación, física, química y biológica, a través de sus actividades: agricultura, ganadería, silvicultura e industria; las cuales ponen en riesgo la seguridad alimentaria de la población del país.

Si bien es cierto que la población paleolítica en su prolongada existencia fue escasa, también es cierto que se trató de una sociedad igualitaria, cuya base fue la propiedad comunal de la tierra; rasgo económico, que condicionó su existencia en armonía con su medio natural que lo proveía de alimentos. Las sociedades clasistas, basadas en la propiedad privada de la tierra (suelo), que sucedieron a la comunidad primitiva igualitaria, tuvieron  como rasgo definitorio la explotación del trabajo ajeno (plus-producto) y en la sociedad capitalista actual, el plus-producto, se ha convertido en plusvalía fundamento de la ganancia, la cual es incompatible con el aprovechamiento racional y sustentable de los recursos naturales en general y el suelo en particular.


5. BIBLIOGRAFÍA

Andreev I. 1988. El libro de Engels: “El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado”. Editorial Progreso. Moscú. URSS.

Crutzen Paul. 1995. El Antropoceno.

Darwin Carlos. 1871. El origen del hombre. Editorial EDAF, S.A. Madrid, España.

FAO/PNUMA. 2017. https://1.bp.blogspot.com/.

Engels Federico. 1876. El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre. Editorial Cartago (1983). México, D.F.

SEMARNAT-UACH. 2002. Evaluación de la pérdida de suelos por erosión hídrica y eólica en la República Mexicana. Escala: 1: 1 000 000. Memoria 2001-2002. México, D.F.

Slide_6. Costos por pérdida de capital natural en México.

Semo Enrique. 2006. Los orígenes. De los cazadores y recolectoras a las sociedades tributarias (22 000 a.C.-1519 d.C.). UNAM-Océano. México, D.F.