IMPACTO DE LA TECNOLOGÍA EN LA
DEGRADACIÓN DEL SUELO Y DEL AGUA EN EL MUNDO Y EN MÉXICO
Valentín Vásquez
Oaxaca, México
valeitvo@yahoo.com.mx
1. INTRODUCCIÓN
Desde que Darwin escribió El
origen del hombre (1871),
mucho se ha escrito acerca de la evolución de la especie humana. Sin embargo,
es poco lo que se ha escrito sobre el papel de la tecnología paleolítica,
específicamente de los instrumentos de trabajo utilizados para la producción de
bienes de subsistencia del hombre primitivo, especialmente de los alimentos y
su impacto en los recursos: suelo y agua.
Indudablemente que son los paradigmas de las épocas
históricas los que condicionan el carácter de las investigaciones en las
ciencias. En este sentido el paradigma filosófico predominante en las
disciplinas científicas particulares, hasta el presente y aún más durante los
siglos XVII y XIX, consistió en considerar a la inteligencia –mente- como el
rasgo esencial de la especie humana, a tal grado que el gran naturalista sueco
Carlos Linneo clasificó al hombre como Homo
sapiens, dejando de lado otros atributos muy importantes que separan a los
humanos de sus antecesores homínidos, como es el trabajo, entendido como la
capacidad de fabricar herramientas de trabajo y de defensa, que fueron
cruciales para que el hombre se elevara a un grado superior de evolución.
En realidad fueron los instrumentos de piedra más
rudimentarios, los que permitieron al Homo
habilis dar el “salto” para superar a su antecesor el australopiteco. Las
nuevas tecnologías líticas creadas por el Homo
erectus le permitieron producir el fuego, con el que se protegieron del
frío y de las fieras salvajes, con las que coexistió y luego usarlo en el
cocido de los alimentos. La incorporación de carne a la dieta, tuvo
consecuencias trascendentales, de tal forma que se produjo un aumento en
el tamaño del cerebro, al pasar de 650 gramos de su predecesor el Homo habilis a 900 gramos. Es evidente
el cambio cuantitativo en el tamaño del cerebro, pero como es obvio no se puede
dejar de lado el aspecto cualitativo, por lo que a la par con el crecimiento,
el cerebro se volvió más complejo. El hombre de Cro-Magnon con un cerebro más
grande (1500 gramos) y más complejo, perfeccionó los instrumentos de
trabajo, con lo que su actividad productiva se hizo más compleja socialmente,
lo que repercutió en la aparición del lenguaje articulado, base del pensamiento
abstracto.
Con
el origen de la especie humana hace unos dos millones de años, también aparece
el trabajo como su rasgo esencial definitorio e inaugura la economía
–producción y distribución de medios de subsistencia-, primero de apropiación
directa de los alimentos que el medio natural –principalmente la tierra y el
suelo- le proporcionada, principalmente productos vegetales, caza de animales
salvajes y pesca; cuyos instrumentos de trabajo rudimentarios de baja productividad,
a base de piedra, hueso y madera; condicionaron la existencia de una comunidad
nómada igualitaria. El largo período del hombre paleolítico, preparó las
condiciones para el surgimiento de la primera revolución tecnológica
productiva: la Revolución Neolítica hace unos 10 000 años, basada en una
tecnología más perfeccionada, que permitió el cultivo de plantas (agricultura)
y la domesticación de animales (ganadería), actividades económicas, cuya
productividad del trabajo incrementó la disponibilidad de alimentos,
condicionando así la existencia de una sociedad clasista de naturaleza
esclavista, en la que la propiedad comunal de la tierra que le antecedió fue
relevada por la propiedad privada de la tierra, como principal medio de
producción de alimentos. A la sociedad esclavista la sucedió la sociedad feudal
(siglos: V-XV) y después de unos mil años de existencia, fue relevada por la
sociedad capitalista imperante todavía. Con el capitalismo, aparece la
ganancia, derivada de la explotación del trabajo ajeno y de los recursos
naturales e, impulsa la productividad del trabajo, a través de sucesivas
revoluciones tecnológicas –principalmente la mecánica de la segunda mitad del
siglo XVIII y la química y eléctrica en siglo XIX-, que aunque han aumentado la
disponibilidad de alimentos, han degradado los recursos naturales,
particularmente, el suelo, haciéndolo más susceptible a la erosión, cuya
pérdida, pone en riesgo la seguridad alimentaria en el mundo y en México.
2. ANTECEDENTES
El antecedente más relevante respecto al trabajo como
fundamento de la tecnología fue propuesto por Federico Engels. Concretamente, en1876, cinco años después que Darwin publicara
su obra: El Origen del hombre (1871),
en un escrito inconcluso, titulado: El
papel del trabajo en la transformación del mono en hombre, escribió:
“El trabajo es la fuente de toda riqueza, afirman los
especialistas en economía política. Lo es, en efecto, lo mismo que la
naturaleza, que provee de materiales que él convierte en riqueza. Pero el
trabajo es muchísimo más que eso. Es la condición básica y fundamental de toda
la vida humana. Y lo es en grado tal que, hasta cierto punto debemos decir que
el trabajo ha creado al propio hombre”.
Refiriéndose a los monos antropomorfos “parientes” del
hombre, afirmó:
“Es de suponer que como consecuencia, ante todo, de su
género de vida, por el que las manos, al trepar, tenían que desempeñar
funciones distintas a las de los pies, estos monos se fueron acostumbrando a
prescindir de ellas al caminar por el suelo y empezaron a adoptar cada vez más
una posición erecta. Fue el paso decisivo para la transición del mono al
hombre”.
Con el trabajo las relaciones sociales se volvieron más
complejas y junto con las premisas biológicas, dieron origen al lenguaje, cuyas
consecuencias, el autor citado las sintetiza así:
“En resumen, los hombres en formación llegaron a un punto
en el que tuvieron algo que decirse unos a otros. La necesidad creó el órgano:
la laringe poco desarrollada del mono se fue transformando, lenta pero
firmemente, mediante modulaciones que producían a su vez modulaciones más
perfectas, mientras los órganos de la boca aprendían poco a poco a pronunciar
un sonido articulado tras otro…La comparación con los animales prueba que esta explicación
del origen del lenguaje a partir del trabajo y con el trabajo es la única
correcta…Primero el trabajo, luego con él el lenguaje articulado, fueron los
dos estímulos principales bajo cuya influencia el cerebro del mono se fue
transformando gradualmente en cerebro humano, que, a pesar de toda su
similitud, lo supera considerablemente en tamaño y en perfección. Y a medida
que se desarrollaba el cerebro, se desarrollaban también sus instrumentos más
inmediatos: los órganos de los sentidos. De la misma manera que el desarrollo
gradual del lenguaje es acompañado necesariamente del correspondiente
perfeccionamiento del órgano del oído, así también el desarrollo general del
cerebro está ligado al perfeccionamiento de todos los órganos de los sentidos…
El desarrollo del cerebro y de los sentidos a su servicio, la creciente
claridad de conciencia, el poder de abstracción y de discernimiento cada vez
mayores, reaccionaron a su vez sobre el trabajo y el lenguaje, estimulando más
y más su desarrollo. Cuando el hombre se separa definitivamente del mono, este
desarrollo no cesa ni mucho menos, sino que continúa, en distinto grado y en
distintas direcciones entre los distintos pueblos y en las diferentes épocas,
interrumpido incluso a veces por regresiones de carácter local o temporal, pero
avanzando en su conjunto a grandes pasos, considerablemente impulsado y, a la
vez, orientado en un sentido más preciso por un nuevo elemento que surge con la
aparición del hombre completo: la sociedad”.
En seguida Engels plantea cuestiones de trascendental
importancia para comprender la evolución del hombre. Primero, precisa que el
trabajo empieza propiamente con la fabricación de instrumentos, cuya aplicación
tecnológica en la producción de alimentos fue crucial para el posterior
desarrollo de la especie humana:
“Seguramente tuvieron que pasar centenares de miles de años
–que en la historia de la Tierra tienen menos importancia que un segundo en la
vida de un hombre- antes de que la sociedad humana surgiese de aquellas manadas
de monos que trepaban por los árboles. Pero, finalmente, surgió. ¿Y qué es lo
que volvemos a encontrar como diferencia característica entre la manada de
monos y la sociedad humana? Otra vez el trabajo…No cabe duda de que la
explotación rapaz debía llevar a la raza de monos que superaba con ventaja a
todas las demás en inteligencia y capacidad de adaptación a utilizar en la
alimentación un número cada vez mayor de nuevas plantas y cada vez más partes
comestibles de éstas; en una palabra, debía llevar a que la alimentación, cada
vez más variada, aportase al organismo nuevas y nuevas sustancias, las cuales
creaban las premisas químicas para la transformación de estos monos en seres
humanos. Pero todo esto no era trabajo en el verdadero sentido de la palabra. El
trabajo comienza con la elaboración de instrumentos. ¿Y qué son los
instrumentos más antiguos, si juzgamos por los restos que nos han llegado del
hombre prehistórico, por el género de vida de los pueblos más antiguos que
registra la historia, así como por el de los salvajes actuales más primitivos?
Son instrumentos de caza y de pesca; los primeros utilizados también como
armas. Pero la caza y la pesca presuponen la transición de la alimentación
exclusivamente vegetal a la alimentación acompañada con el uso de la carne, lo
que significa otro importante paso en el proceso de transformación del mono en
hombre. La alimentación con carne ofreció al organismo, en forma casi completa,
las sustancias más esenciales requeridas por el organismo para su metabolismo…Y
cuánto más se alejaba el hombre en formación del reino vegetal [en su
alimentación], más se elevaba sobre los animales. De la misma manera que el
hábito a la alimentación mixta convirtió al gato y al perro salvajes en
servidores del hombre, así también la adaptación de la alimentación con carne
combinada con la dieta vegetal contribuyó poderosamente a dar fuerza
física e independencia al hombre en formación. Pero donde más se
manifestó la influencia de la dieta con carne fue en el cerebro, que recibió
así en cantidad mucho mayor que antes las sustancias necesarias para su
alimentación y desarrollo, con lo que su perfeccionamiento fue haciéndose mayor
y más rápido y perfecto de generación en generación. Debemos reconocer –y
perdonen los señores vegetarianos- que el hombre no habría llegado a ser hombre
sin la alimentación con carne”.
Otro gran invento tecnológico básico para la evolución del
hombre, fue primero la “domesticación” y luego el uso del fuego principalmente
en la preparación de los alimentos obtenidos en la caza. La incorporación de
alimentos cocidos en la dieta del hombre, implicó otro salto en la evolución
del hombre, especialmente en el desarrollo de la capacidad cerebral.
En palabras de Engels:
“La alimentación con carne significó dos nuevos avances de
importancia decisiva: el uso del fuego y la domesticación de animales. El
primero redujo aún más el proceso de digestión, ya que permitía comer, como si
dijéramos, comida medio digerida; el segundo multiplicó las reservas de carne,
pues junto con la caza, ofrecía una nueva fuente para obtenerla en forma más
regular y proporcionó, con la leche y sus derivados, un nuevo alimento, que en
cuanto a composición era por lo menos del mismo valor que la carne. Así, pues,
estos dos avances se convirtieron directamente para el hombre en nuevos medios
de emancipación”.
Así pues, fue el trabajo el rasgo esencial que permitió a
la especie humana elevarse por encima del resto de homínidos que le
antecedieron. El antecesor del hombre primitivo fue el Ardipitecus ramidus, especie que vivió hace unos siete millones de
años y debido al cambio del clima tuvo que descender de los bosques y moverse
por la sabana africana –extensa llanura con árboles espaciados-. Luego lo
sucedió el Australopitecos afarensis,
hace uno 3-4 millones de años, caracterizado por su desplazamiento bípedo y
erecto. Su desplazamiento bípedo era torpe; sin embargo, el movimiento bípedo y
erguido significó un cambio biológico revolucionario, ya que le quedaron libres
las manos, primero para manipular objetos, que aunado a su carácter social, le
permitió protegerse de los animales depredadores y ahuyentarlos para
participar como carroñeros de animales cazados por animales salvajes que,
coexistieron con ellos en la sabana africana. Muchos australopitecos
desaparecieron al ser presas de animales salvajes, los que sobrevivieron dieron
el “salto” cualitativo y dieron origen al hombre primitivo: el Homo habilis hace unos dos millones de
años.
2.1. El hombre primitivo producto de la tecnología
paleolítica
Con el Homo habilis
apareció el rasgo esencial de la especie humana: el trabajo, entendido como la capacidad de fabricar instrumentos
de trabajo y de defensa para apropiarse de los medios de subsistencia
básicos. Desde luego las herramientas de trabajo, eran muy rudimentarias a base
principalmente de piedra, hueso y madera; instrumentos que fueron cruciales en
la sobrevivencia en la infancia de la especie humana, dada su coexistencia con
fieras salvajes depredadoras. Su alimentación era esencialmente carnívora
complementada con productos vegetales, lo que repercutió en el desarrollo de un
cerebro más grande (600-700 gramos) y más complejo que sus antecesores
australopitecos, cuyo cerebro era menor y menos complejo, con un tamaño de
400-500 gramos.
El carácter nómada del hombre paleolítico en la búsqueda de alimentos de origen vegetal y animal, lo impulsaron a una migración permanente por diversos lugares, de tal forma que hace unos 40,000 años apareció el Homo sapiens en Europa, particularmente, en lo que actualmente es Francia y España, denominado hombre de Cro-Magnon, por el sitio en el que fueron encontrados sus restos fósiles. Sus herramientas de trabajo habían mejorado notablemente, hechas principalmente a base de piedra y hueso, para la caza de animales salvajes y la recolección de productos vegetales. Se trató del hombre moderno propiamente, con un cerebro ya muy desarrollado, tanto cuantitativamente como cualitativamente, cuyo peso rondaba los 1500 gramos. Con su cerebro más complejo el Homo sapiens desarrolló la conciencia, propiedad esencialmente humana, de reflejar el mundo material a través de ideas mentales, las cuales implicaban el desarrollo del lenguaje articulado, fundamento del pensamiento abstracto. Particular mención merece el arte, expresado en las pinturas rupestres, en las que plasmaban su vida cotidiana, principalmente la caza de animales salvajes de la cual dependía su existencia.
Dada su naturaleza nómada por la necesidad de proveerse de
alimentos, el Homo sapiens migró de
su cuna: en el oriente africano, hacia Europa, Asia, Oceanía y América. En el
Continente Americano arribó hace unos 30,000 años, a través del Estrecho de
Bering, aprovechando un "puente" natural debida a la congelación del
océano y finalmente llega hace 13 000 años a Sudamérica.
La migración espacial del Homo sapiens se observa en el siguiente mapa del mundo.
Imagen1. Migración del Homo sapiens desde su cuna africana al
resto del Mundo
Fuente: Https://1.b.p.blogspot.com/
Fuente: Https://1.b.p.blogspot.com/
El incipiente desarrollo tecnológico del hombre paleolítico lo obligó a una movilidad –nomadismo- constante en búsqueda de alimento, desplazándose desde el oriente africano a todos los continentes, como se evidencia en la anterior imagen.
La economía de apropiación directa que el hombre
paleolítico practicó fue la recolección de productos vegetales (frutos, hojas,
tubérculos, et.), caza de animales salvajes y pesca. La tecnología que
utilizaron para proveerse de alimentos fueron: producción del fuego, lanzas,
arcos, puntas de flechas y canoas.
El incipiente desarrollo de la tecnología del hombre
paleolítico condicionó una baja productividad de su trabajo, lo cual repercutió
en una baja capacidad para proveerse de alimentos, lo que determinó su estilo
de vida nómada y comunitaria.
Las tecnologías paleolíticas que hicieron posible la
economía de apropiación directa de la sociedad paleolítica, se presentan en la
siguiente imagen.
En México, según Semo (2006) la especie humana llegó hace
unos 22 000 años y desde entonces hasta hace unos 4000-5000 años, su economía
se caracterizó por la apropiación directa de los alimentos vegetales y animales
que la propia naturaleza le proporcionaba, específicamente se trató de
actividades de recolección, caza de animales salvajes y pesca; economía basada
en instrumentos rudimentarios, cuya baja productividad del trabajo condicionó
la existencia de una comunidad igualitaria. El prolongado período de existencia
de la sociedad igualitaria, preparó las condiciones para el aumento de la
productividad del trabajo y con ello determinó, el surgimiento de sociedades
estratificadas hace unos mil años antes de Cristo, cuya máxima expresión fue la
civilización Azteca que perduró hasta 1521 cuando fue conquistada por los
españoles.
2.2. Tecnología neolítica
El prolongado período Paleolítico, de
unos dos millones de años, preparó las condiciones para el surgimiento de la revolución tecnológica neolítica. Esta consistió en la
domesticación de plantas –agricultura- y la domesticación de animales -ganadería-
y efectivamente se trató de una verdadera revolución productiva, al pasar de
una economía basada en la apropiación directa de lo que la naturaleza
proporcionaba, a una nueva economía productora, basada en la producción de
alimentos, a través del cultivo de plantas y domesticación de animales.
Las condiciones ambientales que favorecieron el surgimiento
de la agricultura y la ganadería fue el inicio de un período inter-glacial relativamente
cálido, conocido como Holoceno hace unos 10 000 años a.C. caracterizado por un
aumento gradual la de temperatura.
La revolución tecnológica productiva generada –agricultura
y ganadería-, solo fue posible porque se produjo un “salto” cualitativo en el
desarrollo de la tecnología paleolítica que produjo una mejora en la
productividad del trabajo y como consecuencia una mayor disponibilidad de
productos alimenticios e incluso excedentes. Estas dos condiciones, permitieron
el desarrollo de la producción mercantil, primero con el intercambio de excedentes
entre las diversas tribus comunitarias y posteriormente en el interior de las
mismas comunidades; así como aparición de la propiedad privada de la tierra
como principal medio de producción de alimentos
y materias primas. Ambas condiciones, contribuyeron al origen de las
sociedades clasistas, que sucedieron a las antiguas sociedades igualitarias,
cuyo rasgo esencial fue la propiedad comunal de la tierra. Así es como surge la
sociedad esclavista, basada en el trabajo esclavo, especialmente en las antigua
Grecia y Roma. A pesar de la naturaleza esclavista de la sociedad neolítica,
representó un cambio progresivo en el desarrollo de la sociedad, ya que
permitió la división del trabajo en intelectual y físico. El primero
desarrollado por la clase esclavista o por sus representantes, el cual hizo
posible el surgimiento de la ciencia, forma superior de la conciencia humana.
Por el contrario, el trabajo físico lo ejercieron los esclavos al servicio de
la clase esclavista y consistió básicamente en producir los alimentos que la
sociedad esclavista demandaba para su existencia.
Refiriéndose a la revolución neolítica,
Andreev (1988), destaca la importancia de la tierra como productora de
alimentos y de materias primas para la industria artesanal: “al lado de la
piedra, el hueso, la madera y el metal; figuraban ya, en un grado, la tierra
como medio de producción de comestibles, laboratorio de la naturaleza y
depósito de la materia prima, así como diversos elementos de la flora y la
fauna ligados a ella. Ya los primeros instrumentos de trabajo artificiales muy
primitivos, hicieron posible elevar visiblemente la productividad de las
plantas y animales útiles al hombre. La evolución ulterior de la
agricultura –horticultura al principio- y de la ganadería nómada contribuyó al
progreso en la fabricación de herramientas y a la diversificación de los
materiales utilizados con este fin. Así se crearon premisas para unir los
logros de la producción industrial con la fuerza muscular de los animales
domesticados en el curso del desarrollo de la ganadería y con elementos de la
naturaleza tales como el viento, el agua, el calor, etc.”.
Los rasgos principales de la economía del período Neolítico
y las herramientas tecnológicas, se ilustra en la imagen que a continuación se
muestra.
En la imagen
anterior se observa la división social del trabajo en la sociedad neolítica, en
la que destacan el cultivo de plantas –agricultura-, la domesticación de
animales y la pesca, así como los instrumentos de trabajo que el hombre
neolítico utilizó, los cuales aumentaron la productividad del trabajo y con
ello se incrementó la disponibilidad de alimentos para consumo y el estilo de
vida sedentario evidenciado por la construcción de viviendas de la alfarería. Así
surgieron las ciudades y con ello las primeras civilizaciones.
2.3. Revoluciones industriales de los siglos
XVIII y XIX
La tecnología utilizada en la
domesticación de animales y en la agricultura permaneció relativamente estable
durante miles de años, hasta que se produjo la primera Revolución Industrial
entre 1750 y 1850 en Inglaterra, cuya esencia fue la fabricación de máquinas
que al extenderse a la producción agropecuaria potenciaron la producción de
alimentos. Pero con la nueva tecnología, también se alteró la dinámica natural
de evolución de los recursos naturales, tanto abióticos –suelo y agua- como de
los biológicos –flora y fauna-. La agricultura y la ganadería se
intensificaron y se extendieron espacialmente, incorporando enormes extensiones
de tierras a las actividades agropecuarias en detrimento de las áreas
forestales. El resultado fue la destrucción de la cobertura vegetal de los
suelos y la consiguiente exposición de los mismos a la acción del viento y el
agua, generándose así las condiciones para el surgimiento de la erosión de los
mismos y la alteración de los procesos del ciclo hidrológico, particularmente, aumentó
el escurrimiento y disminuyó la infiltración, procesos que provocaron la
pérdida del suelo.
Con la primera revolución industrial
inicia propiamente la nueva era geológica que, Crutzen (1995) califica como
Antropoceno, en la que el actor principal es la sociedad humana, dado en unos
dos cientos años ha causado una catástrofe ambiental que amenaza la existencia
de la propia especie humana.
En la imagen que se muestra en seguida
la nueva era geológica propuesta por Crutzen.
A la revolución mecánica basada en las máquinas, le siguió
la revolución química basada en la producción artificial de productos químicos,
que al aplicarlos en la producción agropecuaria, alteraron radicalmente el
medio ambiente, particularmente la muerte de microorganismos que viven en el
suelo en asociación con las plantas superiores y reciclan los nutrientes, así
como la contaminación del agua y del aire.
Si bien es cierto que tanto la revolución mecánica como la
química se iniciaron en Europa, posteriormente se extendieron a todo el mundo.
Sus consecuencias para el medio ambiente han sido catastróficas,
particularmente en los últimos 50 años, a tal grado que actualmente existe una
crisis ambiental extrema, particularmente la degradación física –erosión- y
contaminación del suelo, así como del agua y del aire, como lo documenta recientemente, la FAO (2017)
al estimar que cada año se pierden por la erosión entre 12 y 13 millones de
hectáreas de suelo en el mundo, equivalentes a 1.4 veces el Estado de Oaxaca y
aun así, la misma FAO afirma que produce el 95% de los alimentos en el mundo. A
pesar del grave deterioro físico del recurso suelo, todavía en el mundo sigue
siendo importante para la producción de alimentos que consume la población
mundial.
En México, durante miles de años las
comunidades prehispánicas aprovecharon y conservaron sustentablemente sus
recursos naturales, en gran parte por la propiedad comunal de la tierra y
acorde con ella el trabajo comunitario –tequio- en la ejecución de las obras de
conservación del suelo y del agua y para el aprovechamiento racional de los
recursos naturales. La situación se alteró radicalmente con la conquista
española en 1521. Después de un período de transición (de 1521 a la segunda
mitad del siglo XVI), las comunidades nativas fueron despojadas por diversos
mecanismos y, frecuentemente de forma violenta de sus tierras por los
conquistadores y convertidas en propiedad privada de los hacendados. Sin
embargo, a medida que se abrían paso las relaciones de producción capitalistas
en la época de la Reforma (1855-1860) y durante el porfirismo (1876-1910), los
hacendados se fortalecieron aún más, ya que la gran cantidad de tierras en
poder de la Iglesia fueron acaparadas por ellos, dando origen a extensos
latifundios. En estas condiciones, lo que movió a los hacendados en la
producción agropecuaria, fue la rentabilidad económica, es decir el lucro para
obtener mayores ganancias a costa de la destrucción de los recursos naturales y
deterioro de la salud de los trabajadores del campo. Con la Revolución de
1910-1917 y las reformas agrarias subsecuentes, derivadas de la nueva
Constitución de 1917, principalmente durante el cardenismo (1934-1940) en el
marco jurídico del artículo 27, las haciendas fueron repartidas en propiedades
ejidales y comunales a los pueblos. Después de 1940, los nuevos gobiernos
emprendieron la “guerra” contra las propiedades de tierras ejidales y comunales
de los pueblos; pero el mayor ataque se dio 1992 cuando fue modificado el
espíritu constitucional del artículo 27, para favorecer la privatización de las
tierras comunales y ejidales. La nueva privatización no solo ha despojado
“legalmente” a los ejidatarios y comuneros de sus tierras, junto con ellas se
han privatizado también los recursos minerales –oro, plata y hierro
principalmente-, cuya explotación por empresas nacionales y extranjeras, ha
provocado una devastación ambiental, por la contaminación de las aguas
superficiales y subterráneas, generando problemas de salud muy graves. Es
evidente, pues, que la propiedad privada de las tierras y sus recursos
asociados –agua, suelos, bosques, minerales, etc.-, es incompatible con un
aprovechamiento racional –sustentable- de los recursos naturales, de tal forma
que en la actualidad existe una crisis integral del sistema socio-económico:
económica, política y ambiental, particularmente, la degradación, física,
química y biológica del recurso suelo, de tal magnitud que pone en riesgo la
seguridad alimentaria del país.
3. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La especie humana es relativamente reciente
en la historia geológica de la Tierra de aproximadamente 4 500 millones de años,
pero, a pesar de que el hombre tiene alrededor de dos millones de existencia,
los cambios que ha producido en el medio ambiente, son tan drásticos, que con
razón Crutzen (1995) afirma que se trata de una nueva era: El Antropoceno,
caracterizada por el permanente desarrollo tecnológico. Sin embargo, la
aseveración de una nueva era, no es válida para todo el período paleolítico,
puesto, que durante este prolongado período, la especie humana estuvo formada
por sociedades comunitarias pequeñas; en consecuencia, coexistieron en armonía
con su medio ambiente.
Respecto al período Neolítico que
sucedió al período Paleolítico, cuya tecnología más perfeccionada permitió
mayor productividad de la actividad agropecuaria y con ello una mayor
disponibilidad de alimentos, haciendo posible el sedentarismo y el surgimiento
de las ciudades y las civilizaciones antiguas, que, no obstante, haber
aumentado la población neolítica en comparación su antecesora paleolítica; por
consiguiente, el impacto en el medio ambiente en general y particularmente en
el suelo y el agua fue mínimo.
Si bien es cierto que durante
aproximadamente dos millones de años el hombre paleolítico, con sus
herramientas de trabajo rudimentarias, a base de piedra y de hueso, su
productividad era muy baja, evidenciada por la escasa producción de alimentos,
de tal forma que eran obligados a una permanente movilidad –nomadismo- para
proveerse de alimentos, resultado más de la cualidad de los recursos naturales,
principalmente el suelo, que funcionaba como medio para el aporte de agua y
nutrientes para el metabolismo de las plantas, cuya biomasa iniciaba la cadena
trófica, de la cual dependía el metabolismo heterótrofo de animales y de la
sociedad humana.
Respecto al carácter social del período
Paleolítico (2 millones de años-10 000 años), se trató de una comunidad
igualitaria en la distribución de los productos naturales y en cuanto a la
propiedad de la tierra (suelo) era comunitaria, dado el escaso desarrollo de la
producción y la permanente movilidad (nomadismo).
La propiedad del principal medio de
producción –la tierra o suelo- fue de carácter comunal, pero una vez que la
productividad del trabajo alcanzó cierto umbral, permitió el intercambio
mercantil del excedente entre comunidades igualitarias y, luego permeó en el
interior de las mismas, generando la división social del trabajo y el
intercambio entre grupos de agricultores, ganaderos y artesanos, proceso que
posteriormente originó la propiedad privada de la tierra y con ella la sociedad
clasista: una clase minoritaria propietaria principalmente de la tierra y el
ganado como principales medios de producción y una clase mayoritaria
desprovista medios de producción.
El impacto de la tecnología por su
aplicación en el manejo del suelo, se produjo después de la revolución neolítica
de hace 10 000 años, particularmente, de las revoluciones industriales
acaecidas en los siglos XVIII y XIX, principalmente, las revoluciones mecánica
y química, cuya mecanización para la preparación de los suelos y el uso de
agroquímicos para el manejo de cultivos, si alteraron drásticamente la
condición natural del medio ambiente en general y, de los suelos en particular,
por lo que a partir de entonces, si se puede decir que aparece la nueva era
antropogénica.
Con la aparición de la sociedad
clasista y principalmente con el origen del capitalismo en los siglos XVI y
XVII en Europa, aparece la ganancia, cuya fuente es el trabajo no pagado
–plusvalía- extraído de los trabajadores, surge la explotación irracional de
los recursos, cuyo objetivo es la rentabilidad, aunque se agoten los mismos y el
trabajador se enferme y/o muera.
Las revoluciones tecnológicas industriales
característica del capitalismo, han degradado catastróficamente la naturaleza
de los recursos naturales, particularmente del suelo, sobre todo en los últimos
50 años, como lo evidencia la imagen siguiente.
Imagen 5. Tipos y
causas principales de degradación de los suelos
Fuente: https://1.bp.blogspot.com/
Fuente: https://1.bp.blogspot.com/
En la imagen anterior, es evidente que
los principales problemas de los suelos que limitan su producción de alimentos
son: la degradación física, degradación química, erosión por viento y erosión
por agua, siendo los principales la erosión hídrica y la erosión eólica. En cuanto a las
causas, es evidente que la agricultura -apertura de tierras al cultivo-,
el sobre pastoreo y la deforestación, son las principales actividades
que han destruido la cobertura vegetal que es la principal protección contra la
pérdida –erosión- de los suelos.
Como México es parte del mundo, por
consiguiente, sus suelos están impactados por los mismos problemas y causas, lo
que lo diferencia es la mayor magnitud con que se presentan, dado que se trata
de un país subdesarrollado, el que los recursos naturales son explotados
irracionalmente por empresas, principalmente, privadas, tanto nacionales como
extranjeras.
La erosión es un proceso físico que
consiste en el desprendimiento, transporte y depositación en otro sitio
–planicies y océanos- del suelo por acción del viento y el agua.
En
las regiones de clima seco (BS) y desértico (BW) que son las más extendidas en
México, es más común la erosión eólica; no obstante, la erosión hídrica también
es considerable, debido a que las lluvias, aunque escasas, las pocas que se
presentan, la mayoría son muy intensas y por ende erosivas. En las regiones
tropicales –sureste del país- de clima
cálido (Aw, Am y Af) y regiones montañosas de clima templado húmedo (Cw, Cs y
Cf), la pérdida de suelo por erosión hídrica es significativa,
El clima por si solo genera una erosión
natural, sin embargo, la principal causa de la erosión es la actividad humana.
Específicamente, las actividades agropecuarias, que implican la deforestación
para la introducción de cultivos, el ramoneo y compactación por la ganadería,
así como la silvicultura, las cuales implican la aplicación masiva de
maquinaria, actividades antropogénicas que destruyen la cubierta vegetal protectora
del suelo y lo hacen más susceptible a la erosión.
La distribución espacial de la pérdida
de suelo y la cantidad de erosión que se estima, principalmente, por la erosión
hídrica, se presenta en el siguiente mapa.
En la imagen anterior, se observa que
prácticamente todo el suelo de México está erosionado en diferentes grados. Si
a lo anterior, agregamos que se trata de información de 2002, por lo que con toda
seguridad el problema de la pérdida de suelo por erosión se ha agudizado, lo
que se pone en riesgo la seguridad alimentaria del país.
Los costos en México, por degradación
de los recursos naturales, entre los que se encuentra el suelo, son muy
elevados, como se muestra en la
siguiente imagen.
Es evidente, en la imagen anterior, que
el deterioro de los recursos naturales, impactan en la pérdida del PIB en
México en forma significativa (7%).
4.
CONCLUSIONES
El rasgo esencial que define a la especie humana, es el
trabajo –base de todas las revoluciones tecnológicas- con el que transforma su
medio natural, particularmente el suelo, para producir alimentos para su
existencia y, con ello contribuir a la seguridad alimentaria de la sociedad
humana.
A pesar de que la economía de apropiación directa
–recolección de productos vegetales y caza de animales salvajes- fue la que
aportó los alimentos para de la especie humana primitiva de carácter nómada,
perduró alrededor de dos millones de años, su impacto en la degradación de los
recursos naturales fue mínimo, particularmente el suelo, dada la escasa
población y la tecnología primitiva en que se sustentó.
La economía de apropiación directa, fue relevada por una economía productora, derivada del cultivo de plantas –agricultura- y domesticación de animales –ganadería- hace unos 10 000 años (en México hace unos 4000-5000 años), conocida como Revolución Neolítica, ya que se trató de un cambio revolucionario, pues, se pasó de una economía dependiente del medio natural, particularmente el suelo, a una economía productora de alimentos para la subsistencia de la especie humana. Sin embargo, su carácter sedentario y la apertura de nuevas áreas para el cultivo de plantas y la domesticación de animales, implicó la deforestación de la vegetación natural, proceso que favoreció la erosión del suelo y con ello el sustento de la vida vegetal, pero dada la tecnología rudimentaria y la escasa población, su impacto en la tierra, particularmente, en el suelo, fue mínimo.
Contrastando con la economía neolítica, las revoluciones industriales de naturaleza capitalista que la sucedieron, principalmente, la mecánica y la química, actualmente están causando una catástrofe ambiental planetaria, particularmente, la degradación física –erosión- del suelo, así como la contaminación del aire y del agua, a tal grado que pone en riesgo la seguridad alimentaria del Mundo.
México al ser parte del Mundo, también comparte, la
misma problemática ambiental y sus causas, pero, a diferencia de los países
desarrollados, es de mayor magnitud, por tratarse de un país subdesarrollado,
basado en una economía primario-exportadora de materias primas, que ha generado
también una crisis ambiental más drástica. Particular interés tiene la especie
humana, que también depende para su sustento del suelo y es la principal
causante de su degradación, física, química y biológica, a través de sus
actividades: agricultura, ganadería, silvicultura e industria; las cuales ponen
en riesgo la seguridad alimentaria de la población del país.
Si bien es cierto que la población paleolítica en su prolongada existencia fue escasa, también es cierto que se trató de una sociedad igualitaria, cuya base fue la propiedad comunal de la tierra; rasgo económico, que condicionó su existencia en armonía con su medio natural que lo proveía de alimentos. Las sociedades clasistas, basadas en la propiedad privada de la tierra (suelo), que sucedieron a la comunidad primitiva igualitaria, tuvieron como rasgo definitorio la explotación del trabajo ajeno (plus-producto) y en la sociedad capitalista actual, el plus-producto, se ha convertido en plusvalía fundamento de la ganancia, la cual es incompatible con el aprovechamiento racional y sustentable de los recursos naturales en general y el suelo en particular.
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