IMPACTO DE LAS REVOLUCIONES TECNOLÓGICAS INDUSTRIALES EN LA FERTILIDAD DEL SUELO Y LA SALUD.
1. Introducción
Las revoluciones tecnológicas son cambios cualitativos radicales que han aumentado radicalmente la productividad del trabajo y han marcado la historia de la humanidad.
Según Pérez (2004) entre los años de 1770 y el 2000 se han sucedido cinco revoluciones tecnológicas, cuyas características se resumen en el siguiente cuadro.
Cuadro 1. Revoluciones tecnológicas (1770-2000)
Revolución tecnológica | Nombre | País | Big Bang iniciador de la revolución | Año |
Primera | Revolución industrial | Inglaterra | Mecanización de la industria textil | 1771 |
Segunda | Era del vapor y los ferrocarriles | Inglaterra | Prueba del motor a vapor Rocket para el ferrocarril Liverpool-Manchester | 1829 |
Tercera | Era del acero, la electricidad y la ingeniería pesada | Estados Unidos y Alemania | Inauguración de la acería Bessemer de Carnegie en Pittsburgh Pennsylvania | 1875 |
Cuarta | Era del petróleo, el automóvil y la producción en masa | Estados Unidos y Alemania | Salida del primer modelo-T de la planta Ford en Detroit, Michigan | 1908 |
Quinta | Era de la informática y las telecomunicaciones | Estados Unidos | Invento del microprocesador Intel en Santa Clara, California | 1971 |
Fuente: Pérez (2004).
El impacto en la naturaleza biológica de las cinco revoluciones tecnológicas ha sido diferente de acuerdo a su carácter.
2.1. Industriales
Las revoluciones industriales son “hijas” del capitalismo desarrollado que inicia propiamente con la primera revolución industrial en el Reino Unido.
2.1.1. Mecánica
La primera se produjo entre 1760 y 1840 en Inglaterra y fue de naturaleza mecánica, pues, estuvo basada en la invención de máquinas, particularmente la de vapor, movida con energía fósil (carbón vegetal).
El impacto en la producción fue revolucionario, ya que aumentó considerablemente la productividad del trabajo, lo que implicó aumento de la disponibilidad de alimentos para la población nacional e internacional. Al mismo tiempo provocó la sustitución de mano de obra lo que generó desempleo y la formación de un “ejército” industrial de reserva al servicio del capital.
La mecanización de las actividades agrícolas y forestales hizo más susceptibles a los suelos a la erosión y con ello la pérdida de un recurso muy valioso para la producción agropecuaria.
Como la energía que mueve a las máquinas era carbón vegetal (hulla y antracita) su combustión con el oxigeno genera bióxido de carbono emitido al aire (atmósfera) generando su contaminación desde entonces.
2.1.2. Química
La industria química ha sido la más dinámica desde mediados del siglo XIX en Europa, particularmente en Alemania que ya avanzaba prodigiosamente por el camino de la industrialización capitalista.
En su inicio tuvo un impacto productivo, puesto que al fabricarse colorantes artificiales desplazó a los tintes naturales derivados de plantas y animales que las naciones europeas importaban de los países coloniales.
La industria química es la más dañina para el planeta y su impacto está presente en la actividad agropecuaria, debido al uso indiscriminado de agroquímicos, particularmente hormonas y alimentos procesados para la engorda de ganado, fertilizantes para el desarrollo de los cultivos y pesticidas para controlar plagas y enfermedades de los mismos, productos químicos que han contaminado el suelo, agua y cultivos, que desde luego han deteriorado la salud de los productores y consumidores de alimentos de origen agropecuario.
Los alimentos industrializados en la que la química orgánica ha sido fundamental, particularmente la industrialización de la caña para producir azúcar refinada y desde los años setenta del siglo pasado la industrialización del maíz para elaborar alta fructuosa, endulzantes utilizados en gran cantidad de alimentos de consumo masivo entre la población de prácticamente todos los países del Mundo. Aunado a lo anterior, también se producen aceites vegetales para la preparación de muchos alimentos, así como la industrialización del maíz para fabricar harinas refinadas. Los azúcares y harinas refinados consumidos en gran cantidad y aunado al estilo de vida sedentario, son los causantes de la obesidad, enfermedad que antecede causalmente a otras enfermedades metabólicas, particularmente la diabetes mellitus 2 y últimamente hay más evidencias de que también están asociadas a la demencia senil (alzhéimer). Por si lo anterior fuera poco, la industria farmacéutica esta coludida con las empresas industriales productoras de alimentos y a pesar de que hay evidencias contundentes de que las harinas y azúcares refinados son los causantes de las enfermedades metabólicas, pero los intereses económicos que están de por medio impiden reducir su consumo y prefieren recetar a los obesos diabéticos productos para seguir con el mismo estilo de vida y que a la larga genera consecuencias colaterales más graves.
En la industria de la refrigeración, fabricación de espráis se producen los Cloro-fluoro-carbonos (CFC) que al emitirse a la atmósfera por acción de las radiaciones ultravioletas liberan el cloro que al combinarse con el ozono lo transforman en oxígeno molecular y atómico, proceso que ha desequilibrado el balance entre la síntesis y la degradación de la molécula de ozono, ya que ahora por la contaminación del aire con los CFC se destruye más ozono que el se forma de manera natural en la Estratosfera y ameniza con la incidencia directa de la radiación ultravioleta dañina en la biosfera.
También la industria química ha sido importante en las industrias de la construcción, automotriz, plástico, etc.; cruciales para el desarrollo de los países, pero, también en el deterioro del medio ambiente (aire, suelo, agua) y desde luego daño en la salud de la población.
Así pues, la industria química está en todas las actividades económicas que sustentan a la sociedad humana y en el marco del capitalismo ha generado una catástrofe ambiental y sanitaria que ameniza a la sociedad humana.
2.1.3. Eléctrica
La revolución de la industria eléctrica representó un cambio cualitativo en la producción de energía y ha sido crucial para el desarrollo de la sociedad humana moderna, ya que sin su concurrencia la vida ya no sería posible. Sin embargo, las fuentes de energía para su producción representan una seria amenaza al medio ambiente natural, ya que si se utilizan combustibles fósiles en la termoeléctricas emiten dióxido de carbono que se acumula en en la atmósfera y a la larga puede producir un cambio cualitativo de clima, cuyos efectos pueden ser devastadores para la propia vida, ya que la adaptación de los seres vivos depende principalmente del clima. En el mismo sentido puede argumentarse el impacto ambiental de las hidroeléctricas que utilizan como fuente de energía el movimiento del agua, que se almacena en grandes presas que alteran radicalmente los cursos de agua y cuyo impacto en la flora, fauna y comunidades campesinas ha sido catastrófico.
Mención especial merecen las centrales nucleares para la producción de energía eléctrica, cuyos accidentes, han sido devastadores para el ambiente natural en general y en particular para la salud humana.
La tendencia en el futuro es la implementación de fuentes de energía sustentables, basadas en fuentes de energía más sanas como son: la energía solar, cuya fuente es amigable con el medio ambiente y prácticamente inagotable y, en menor grado la energía eólica.
2.1.4. Petrolera
La industria petrolera inició desde finales del siglo XIX y desde entonces ha sido crucial para el transporte mecánico (maquinaria pesada, tractores, vehículos, aviación, etc.) y su impacto en el medio natural ha sido devastador, puesto que, al tratarse de una combustión química libera enormes cantidades de bióxido de carbono y vapor de agua a la atmósfera, ambos gases de efecto invernadero que han estado causando el calentamiento global del aire y que al rebasar cierta concentración, puede generar un cambio cualitativo del clima con consecuencias catastróficas para la especie humana.
2.1.4. Digital
La revolución digital comenzó desde el final del siglo XX y durante el presente siglo se ha generalizado. Tiene como base la revolución microelectrónica y consiste en la producción de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC’s) y tiende hacia la automatización de todas actividades económicas productivas (agricultura, ganadería, silvicultura, industria), comerciales y de servicios.
Las transformaciones tecnológicas industriales y su impacto han sido tan radicales que algunos científicos piensan que iniciaron una nueva era geológica conocida como Antropoceno.
Así pues, las revoluciones tecnológicas tienen una prolongada historia; iniciaron desde hace un poco más de 250 años, iniciando con la industria mecánica en 1760 y culminando con la actual revolución digital, pasando por la química, eléctrica y petrolera. Sus impactos en el medio natural y social han sido tan radicales, que justifican lo dicho por Crutzen (1995) en denominar el inicio de una nueva era geológica, en la que la sociedad humana es la actora principal: el Antropoceno. Aunque sería más correcto llamar capitaloceno a la nueva era geológica, puesto que las transformaciones más profundas se realizaron y se siguen realizando actualmente, en el marco del capitalismo.
De las 5 revoluciones tecnológicas descritas, la eléctrica tuvo y tiene un impacto catastrófico en el ciclo circadiano. Según Mathew (2019), desde que en 1882 Thomas Edison construyó la primera planta de electricidad en los Estados Unidos, “la humanidad tenía un método para desengancharse del ciclo natural de 24 horas de luz y oscuridad de nuestro planeta…Nosotros y no el movimiento de rotación de la Tierra, decidiríamos ahora cuándo era de “noche” y cuando era de “día”. Somos la única especie que ha logrado iluminar la noche de un modo tan espectacular…Para los primeros Homo sapiens, la mayoría de las actividades cesaban después de la puesta del Sol. Tenían que hacerlo así, ya que dependían de la visión aportada por la luz del día: el advenimiento del fuego y su limitado halo de luz posibilitó extender algunas actividades más allá del crepúsculo. Pero el efecto fue moderado. Se ha documentado que tribus de cazadores-recolectores como los hazdas y los san realizaban alrededor del resplandor de la hoguera a primeras horas de la noche actividades sociales como el canto y la narración. Sin embargo, las limitaciones prácticas de la luz del fuego anularon cualquier influencia significativa sobre los patrones de sueño y vigilia”.
El autor citado continúa: “Las lámparas de gas y aceite, y, antes de ellas, las velas, permitieron mejorar la calidad de las actividades nocturnas. La luz que, proveniente de las linternas de gas, salía de las casas y llegaba a las calles, empezó a iluminar distritos enteros de la ciudad. En este momento la influencia de la luz artificial empezó a reestructura los patrones del sueño humano, cosa que con el tiempo no haría sino intensificarse. Los ritmos nocturnos de sociedades enteras, no sólo de los individuos o las familias, se vieron rápidamente afectados por la luz nocturna, dando así inicio a nuestra tendencia a acostarnos cada vez más tarde… Para el núcleo supraquiasmático -el reloj de 24 horas del cerebro-, lo peor estaba por venirla planta eléctrica de Edison en Manhattan…Cien años después de Edison, empezamos a comprender los mecanismos biológicos por los cuales los focos eléctricos lograron transformar nuestro tiempo natural y la calidad de nuestro sueño. El espectro de luz visible abarca una amplia gama, desde longitudes de onda más cortas, que percibimos como violetas y azules más fríos, hasta longitudes de onda más largas que percibimos como amarillos más cálidos y rojos. La luz del sol contiene una poderosa combinación de todos estos colores”. Así pues, con la luz eléctrica familiar y pública disponible todo el día (día y noche), se ha alterado totalmente el ciclo circadiano natural (día- noche de 24 horas), así como el sistema hormonal que lo controla, y las consecuencias para la salud han sido catastróficas.