miércoles, 3 de febrero de 2016

IMPORTANCIA DE LA DIALÉCTICA PARA LAS CIENCIAS PARTICULARES

IMPORTANCIA DE LA DIALÉCTICA PARA LAS CIENCIAS PARTICULARES

Valentín Vásquez
Oaxaca, México
valeitvo@yahoo.com.mx

Introducción

Al igual que la mayoría de las ciencias, la dialéctica apareció en la antigüedad griega con Heráclito en el siglo V antes de Cristo. Este sabio griego fue el pensador dialéctico más grande de la antigüedad, al concebir a la contradicción como la fuente del movimiento de todos los objetos de la naturaleza.

La contradicción no solo es inherente a los procesos materiales, también se presenta en el proceso del conocimiento de los objetos y se manifiesta como oposición, entre la apariencia (lo que parece que es y no es), cuya contra-parte es la esencia. En este sentido, el conocimiento científico se mueve de la apariencia percibida por la sensibilidad (órganos de los sentidos), a la esencia oculta detrás de la apariencia. La esencia, una vez descubierta se convierte en pensamiento (lógica) y por consiguiente, en verdad expresada en conceptos, definiciones y leyes.

Según Heráclito, los sentidos por naturaleza son irracionales; en consecuencia, el conocimiento tiene que moverse de la sensibilidad irracional a la insensibilidad racional. Así pues, Heráclito, al distinguir entre apariencia vs esencia, planteo el principio que orienta el proceso del conocimiento: de la apariencia a la esencia, precisando claramente los grados sensible y racional del conocimiento.

La dialéctica en el universo es contradicción y el ámbito del pensamiento se transforma en lógica dialéctica. Es decir, la dialéctica es la ciencia de la contradicción.

 La dialéctica de Heráclito, fue negada por la lógica aristotélica basada en la Ley de de la identidad y su consecuente negación de la contradicción en el siglo III a.C. en la Grecia antigua. La doctrina lógica de Aristóteles es el sentido común hecho pensamiento y perduró durante 2000 años. En la primera mitad del siglo XIX, fue editada la obra monumental: Ciencia de la lógica (1812-1816) de Hegel, en la que expuso sus tres leyes fundamentales y las categorías (conceptos generales). La ley de la transformación recíproca de la cantidad y cualidad, en la Doctrina del Ser, en la que el ser abstracto se da una existencia sensible y después de una serie de cambios graduales cuantitativos al rebasar un rango conocido como medida, se produce un cambio brusco (salto), con el que aparece una nueva cualidad. En este caso, según Hegel- es la esencia (Doctrina de la esencia) en la enunció la Ley de la contradicción, como la más importante de su dialéctica; la tercera ley, Negación de la negación, que la formuló en la Doctrina del concepto en su obra, resultado de la doble negación, de los dos adversarios en pugna, ley que estable la tendencia del desarrollo: de lo simple a lo complejo y el movimiento en espiral; es decir, el retorno del conocimiento al punto de partida pero a un nivel muy superior. Junto con las tres leyes de la dialéctica, también expone las categorías: finito vs infinito, singular vs general, necesidad vs casualidad, movimiento vs reposo, causa vs efecto, posibilidad vs realidad, etc, Tanto las leyes de la dialéctica como sus categorías, son producto de la generalización de los conocimientos filosóficos y de las ciencias particulares de su tiempo; que aunque se trataba de una dialéctica de los conceptos, conjeturó genialmente, que también operaban en la realidad material.


1. Dialéctica de Heráclito

El pensador dialéctico más grande que ha dado la humanidad es Heráclito (536-470 a.C.), que a pesar de que su obra De la Naturaleza no se conserva, por las referencias de sus contemporáneos y de otros filósofos que le sucedieron, se conservan fragmentos fundamentales que permiten caracterizarlo como el “padre” de la dialéctica, cuya expresión mental (pensamiento) es la lógica dialéctica.

Mondolfo (1966), ha escrito una obra muy importante, en la que rescata los fragmentos más importantes del trabajo filosófico y científico de Heráclito y su correspondiente síntesis, del cual se extraen las citas siguientes.

 Platón (427-347 a.C.), uno de los filósofos más distinguidos de la antigüedad griega al hacer referencia a Heráclito: “Dice en algún lugar Heráclito que todas las cosas pasan y nada queda inmóvil, y comparando a los seres con la corriente de un río, dice que no podríamos entrar dos veces en el mismo río…Que es el movimiento el que produce el llamado ser y el nacer, la quietud, en cambio, es la que causa el no ser y el perecer”. En el mismo sentido, se pronunció Aecio, al escribir que “Heráclito quitaba del universo el reposo y la estabilidad, pues éstos pertenecen a los muertos; en cambio, él atribuía un movimiento a todos los seres: eterno a los eternos, mortal a los mortales”. La concepción de la contradicción como fuente del movimiento esbozada por Heráclito, se reafirma con lo que comenta Sexto Empírico: “No estarán de acuerdo quienes establecieron como principio los opuestos, ya sea los demás, sea los heraclíteos; pues si uno de los contrarios llegaran a faltar, todo desaparecería y quedaría reducido a la nada. Por eso también Heráclito reprochaba a Homero, quien decía: ¡Ojalá se extinguiera la discordia entre los dioses y los hombres¡, pues dice que desaparecerían todas las cosas”.

En lo relacionado con la naturaleza de las cosas, Heráclito, consideraba al fuego como principio de todo. Así lo manifiesta Simplicio en su Física, al opinar que Heráclito concibió al fuego como principio de todas las cosas al contemplar “el principio vivificador y creador del calor que circula por todas las cosas y las transforma a todas”.

 Así pues, Heráclito concebía a las cosas de la naturaleza como devenir, como movimiento necesario –sujeto a ley-, producto de las contradicciones internas de los procesos materiales.

 Otro aspecto de trascendental importancia para el conocimiento científico planteado por Heráclito, es el relativo a los grados del conocimiento, es decir el conocimiento sensible y el conocimiento racional. Así, Sexto Empírico, en su obra, Contra los dogmáticos, al exponer que “Heráclito tenía [la] opinión de que el hombre estaba dotado de instrumentos para el conocimiento de la verdad, la sensación y la razón, juzgó entre éstas a la sensación indigna de confianza y a la razón, en cambio, la afirmó criterio [de verdad]. Pero refuta la sensación diciendo textualmente: “malos testigos para los hombres [son] los ojos y los oídos de los que tienen almas bárbaras fiarse de las sensaciones irracionales”. Así pues, con Heráclito surge lo que posteriormente se conocerá como apariencia de las cosas percibida por la sensibilidad y su contra-parte: la esencia, oculta, detrás de la apariencia, por lo que hay que descubrirla a través del razonamiento.

Para Heráclito, pues, el conocimiento inicia con la sensación percibida por los órganos de los sentidos, pero no puede ser criterio de veracidad, ya que frecuentemente engaña, es necesario dar el salto del conocimiento sensible –sensación- a la razón, que no es más que la esencia hecha pensamiento y que al estar oculta detrás de la sensibilidad, hay que descubrirla a través de la abstracción para descubrir lo abstracto.

 

2. Lógica de Aristóteles (384-322 a. C.)

 Al igual que la realidad material, el pensamiento –objeto de estudio de la Lógica- es dialéctico. En este sentido la Lógica de Aristóteles es resultado de la confrontación dialéctica con sus antecesores, particularmente Heráclito. Así lo expresa el mismo en su Metafísica“Es imposible, pues, que cualquiera suponga que la misma cosa sea y no sea, así como algunos piensan que lo dice Heráclito…Hay algunos que declaran ellos mismos que admiten que una misma cosa sea y no sea, y así lo sostienen. De este discurso se sirven muchos, aun entre los filósofos naturalistas. Nosotros, en cambio, hemos aceptado ahora como imposible que algo sea y no sea al mismo tiempo, y por eso hemos mostrado que éste es el más cierto de todos los principios. El discurso de Heráclito que dice que todas las cosas son y no son, parece volver verdaderas todas las cosas. No hay absolutamente ninguna demostración de estas afirmaciones contradictorias, pero hay demostración contra quien las afirma. Si uno hubiese interrogado al propio Heráclito de esta manera, pronto lo habría obligado a reconocer que nunca las proposiciones contradictorias pueden ser verdaderas bajo los mismos aspectos; ahora bien: sin darse cuenta de lo que decía, él acepto semejante opinión. No pueden decir la verdad los que hablan de acuerdo con Heráclito, ni los que hablan de acuerdo con Anaxágoras. De otra manera, ocurriría que predicaran los atributos opuestos del mismo sujeto”.

Es evidente que la Lógica de Aristóteles expuesta en su Metafísica, se formó en la polémica con sus opositores a su doctrina, especialmente Heráclito. Así,  la Ley de la identidad que constituye la esencia de su Lógica, niega la contradicción como él mismo lo afirma en los párrafos citados anteriormente, la cual establece que no es posible la contradicción simultánea en todo objeto de estudio. Esto es sentido común, ya que la sensibilidad no va más allá de lo percibido por los órganos de los sentidos, los cuales perciben solo la identidad. No obstante, el mismo Heráclito expresaba, que la sensación derivada de la sensibilidad, es apariencia, por lo que era necesario dar el salto a la racionalidad, es decir, moverse de la sensibilidad a la esencia de las cosas, de la que se deriva la verdad de las cosas, ya que la contradicción está oculta en la apariencia percibida por las sensibilidad. Es decir, Aristóteles se dejó llevar por el sentido común de la identidad y lo plasmó en su Lógica, como el principio fundamental del pensamiento. Y de la Ley de la identidad, Aristóteles, dedujo, el siguiente principio fundamental de su Lógica: Ley del Tercero Excluido. Este establece, que en un mismo objeto o es una cosa o es otra, no puede haber una tercera opción, es decir, se niega la contradicción existente al mismo tiempo en el objeto de estudio. Así pues, la Lógica aristotélica opera en el ámbito del sentido común.

La Lógica aristotélica negó a la Dialéctica de Heráclito y durante dos mil años perduró sin cambios sustanciales.

 

3. La dialéctica como ciencia general

Como toda ciencia, la dialéctica es teoría y es método. Como teoría es un conjunto de leyes generales, que explican en forma objetiva y racional en universo en su conjunto.

 Las leyes de la dialéctica se explican en seguida.

 3.1. Leyes de la dialéctica (teoría)

 Las leyes universales de la dialéctica fueron descubiertas y expuestas por Hegel en en su monumental obra: Ciencia de la lógica entre 1812 y 1816.

 3.1.1. La ley del tránsito recíproco de la cantidad a la cualidad: la expuso en la primera parte de su obra: en la Doctrina del Ser. Este en su movimiento se da una existencia como ser finito. El ser finito está constituido por la unidad contradictoria de la cantidad vs la cualidad. Esta es idéntica al ser, por consiguiente, en su movimiento cuantitativo se conserva hasta cierto límite, que si se rebasa, se transforma en una nueva cualidad. El rango en el que se mueve la vieja cualidad, se conoce como medida, de tal forma que la cualidad mientras se mueva en los límites que la definen, permanece, pero si se supera, se produce un salto –cambio brusco-, a través del cual la vieja cualidad es relevada por una nueva cualidad. Así pues, la Ley del tránsito recíproco de la cualidad y la cantidad, establece que todos los objetos, se mueven, es decir, son procesos, que cambian gradualmente, hasta que se produce un cambio repentino, con el que aparece una nueva cualidad. En suma, el movimiento es la unidad contradictoria de la cantidad vs la cualidad, de la continuidad vs la discontinuidad, de la evolución vs la revolución, etc. Se aplica, cuando se analiza cualquier objeto de estudio en su movimiento y tiene carácter universal, es decir, opera en la naturaleza, la sociedad y el conocimiento.

3.1.2: La ley de la contradicción: la expuso en la segunda parte de su lógica, en la Doctrina de la esencia, que resulta de la negación de la doctrina del ser, particularmente de su existencia cuantitativa y cualitativa, al rebasarse la medida en la que se mueve la cualidad. La ley de la contradicción es la más importante, ya que establece que todos los objetos del universo, son la unidad de aspectos o tendencias contradictorias, cuya interacción produce el movimiento, es decir, la contradicción constituye la “fuerza” motriz que mueve a la materia. Al igual que la ley del tránsito recíproco de la cantidad y la cualidad, la ley de la contradicción tiene naturaleza universal, por consiguiente, opera en la naturaleza, la sociedad y el pensamiento. En suma, la ley de la contradicción, es el “alma” de la dialéctica.

3.1.3. La ley de la negación de la negación –naturaleza cíclica de los procesos-: la expuso en la tercera parte de su obra: Doctrina del Concepto. En esta parte, se supera, a través de la segunda negación, la esencia, para ser relevada, por el concepto, que no es mas que la esencia hecha pensamiento. El concepto, constituye la “célula” del pensamiento y representa un salto –cambio cualitativo- al pasar de la esencia a la esfera del pensamiento, con lo que se retorna al punto de partida, el ser abstracto, del cual parte el análisis de Hegel, después de la doble negación. La ley de la negación, es el resultado de la negación recíproca del ser y la esencia. Como la negación de la negación implica el retorno al punto de partida, pero en un nivel superior; es decir, el movimiento del pensamiento es en espiral.

Si bien es cierto que las leyes de la lógica dialéctica ya tienen más  de 200 años de haber sido descubiertas y expuestas en su Ciencia de la lógica; no obstante, para su tiempo ya todas las ciencias habían alcanzado su madurez, después de 300 años del Renacimiento de las ciencias. En este sentido, la lógica dialéctica, como ciencia general es la síntesis de los conocimientos de las ciencias particulares existentes en su época.

Las tres leyes de la dialéctica descubiertas y expuestas por Hegel en su Ciencia de la lógica, aunque solo las considera en la esfera del pensamiento y este tiene un contenido dado por el universo material; en este sentido, tienen carácter general, ya que operan en la naturaleza, la sociedad y el pensamiento.

La lógica dialéctica de Hegel no se reduce a las tres leyes fundamentales -ley del tránsito recíproco de la cantidad y la cualidad, ley de la contradicción y ley de la negación de la negación-; además, incluye todo un sistema de categorías -conceptos generales- que coadyuvan a la comprensión racional de los objetos de estudio de las ciencias particulares, ambas expuestas en su Ciencia de la lógica (1812-1816). Las categorías principales son: finito vs infinito inherente a los procesos materiales analizadas en la primera parte de su obra: Doctrina del Ser; en seguida, en la Doctrina de la esencia -segunda parte de su Lógica- analiza las relacionadas con el movimiento del conocimiento (método) de lo finito a lo infinito: apariencia vs esencia, contenido vs forma, ley -movimiento vs reposo-, necesidad vs casualidad, posibilidad vs realidad, causa vs efecto, libertad vs necesidad, etc.; finalmente, en su Doctrina del concepto, analizó lo singular vs lo general y su importancia en la definición, la clasificación y  los razonamientos (juicios). Es evidente, que la ley de la contradicción está implícita en las categorías mencionadas, lo cual confirma que dicha ley es la más importante de las tres leyes de la dialéctica. En este sentido, la dialéctica existe tanto en los procesos materiales como en el proceso del conocimiento, así como en el pensamiento; es decir, se trata de una ley universal, lo que permite definirla en forma sintética como la ciencia de la contradicción.

3.2. Método dialéctico

La dialéctica es una ciencia universal y como tal su método también tiene que ser general. Consiste principalmente en el movimiento del conocimiento de lo sensible percibido por la sensibilidad a lo insensible, particularmente implica el movimiento de lo finito sensible y cambiante a lo infinito insensible relativamente estable. Esto es muy importante, pues, la ciencia no puede restringirse a lo finito, es decir, a lo que tiene un principio y un fin, sino que tiene que descubrir lo infinito que permanece en la variabilidad.

El universo es la unidad contradictoria de lo finito y lo infinito. Por la naturaleza cambiante de lo finito, el conocimiento no puede detenerse en él, sino que tiene que descubrir lo infinito como su contra-parte, que permanece en la variabilidad, como es el objetivo de toda ciencia.El método dialéctico para descubrir lo infinito insensible que se encuentra detrás de lo finito sensible, se ilustra en la siguiente imagen.

 Imagen 1. Método dialéctico

 

Según la imagen anterior, la dialéctica del conocimiento para conocer lo infinito insensible, consiste en iniciar con el objeto -concreto- finito sensible. En un primer momento, el método dialéctico parte de la variabilidad de lo singular sensible, para descubrir lo general insensible. Una vez descubiertos los rasgos generales inherentes a los fenómenos singulares, el siguiente paso es encontrar el rasgo esencial oculto detrás de la apariencia de lo singular. El conocimiento no se agota con el descubrimiento de la esencia y la siguiente etapa del método dialéctico consiste, en encontrar la necesidad partiendo de su contra-parte: la casualidad. Una vez descubierto lo general, lo esencial y necesario, es indispensable descubrir la ley contra-parte del movimiento o fenómeno, que no es más que el reposo o la constancia que está detrás de la movilidad. Finalmente, en esta fase del conocimiento científico, hay que encontrar la causa partiendo del efecto.

 En el todo el proceso anterior, la operación mental central que se utiliza es la abstracción de la sensibilidad de lo finito para descubrir lo infinito, que convertido en pensamiento (lógica) se convierte en verdad abstracta. Esta por naturaleza es unilateral y tiene que elevarse a la verdad concreta en la que el objeto concreto sensible, es aprehendido mentalmente en su totalidad, con lo que culmina el proceso del conocimiento de lo infinito.

Es evidente que el proceso del conocimiento científico, se mueve cíclicamente: la verdad abstracta de lo infinito niega al objeto concreto sensible y, la verdad abstracta es negada por la verdad concreta de lo infinito, para retornar al punto de partida del conocimiento: el objeto finito concreto, pero a un nivel muy superior, pues, ya no se trata, propiamente del objeto finito sensible, sino, el conjunto de conceptos, definiciones y leyes, que explican racionalmente al objeto concreto como totalidad.

Además, en la imagen, también es evidente que el proceso del conocimiento es contradictorio, pues se parte de lo sensible, para descubrir su contra-parte, lo insensible, lo que confirma el carácter universal de la contradicción, rasgo esencial que define a la dialéctica.


4. Conclusiones

 El "padre" de la dialéctica fue Heráclito, el pensador más brillante en la antigüedad griega.

 El fundador de la dialéctica moderna, fue Hegel, gran pensador alemán, que generalizó (sintetizó) los conocimientos de la filosofía y de las ciencias particulares, cuyas leyes generales (teoría) y el método dialéctico, expuestos en su monumental obra: Ciencia de la lógica (1812-1816); que, aunque la redujo a la dialéctica de los conceptos, estos no pueden ser solo abstractos, tienen un contenido material; en consecuencia, son inherentes a la naturaleza, la sociedad y el conocimiento.

La importancia de la dialéctica de Hegel para la comprensión racional de las ciencias particulares, se muestra en la imagen que a continuación se presenta.

Lo general es lo común a las ciencias particulares y como tal es parcialmente particular o singular; es decir, lo general es parte de lo particular y en este sentido constituye el fundamento teórico de lo particular. En síntesis, la dialéctica como ciencia general, esta inmersa en las ciencias particulares y como tal es su fundamento teórico.

La dialéctica puede ser definida  como la ciencia de la contradicción.

La dialéctica hecha pensamiento se convierte en lógica dialéctica y como tal es un conjunto de conceptos y leyes generales, que por ser universales están inmersos en las ciencias particulares, ya que éstas últimas también están estructuradas, por un sistema de conceptos y leyes, pero de menor generalidad. 

Sin el concurso de la lógica dialéctica como ciencia filosófica, los conocimientos analíticos de las ciencias particulares son incompletos, unilaterales y parciales; por consiguiente, tienen que complementarse con la generalización (síntesis) filosófica para integrar el objeto de estudio como un todo concreto. Es decir, el conocimiento científico tiene que ser la unidad contradictoria de análisis vs la síntesis.


5. Bibliografía

 Mondolfo Rodolfo. 1966. Heráclito: Textos y problemas de su interpretación. Siglo XXI Editores, S.A. Décimo tercera edición (2007). México, D.F.

 Hegel. 1812-1816. Ciencia de la Lógica. Traducción de Mondolfo Rodolfo (1960). Buenos Aires, Argentina. 

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