LA
TECTÓNICA DE PLACAS Y EL CLIMA EN EL ORIGEN DE LA ESPECIE HUMANA
Valentín
Vásquez
Oaxaca,
México
valeitvo@yahoo.com.mx
1.
Introducción
Las
placas en las que se encuentra fragmentada la litosfera, aparecieron en la
infancia de la Tierra cuando tenía unos 500 millones de años y desde entonces
su interacción (divergencia, convergencia y fricción) han moldeado la
distribución de océanos y continentes, así como el relieve terrestre y con ello
el cambio cualitativo del clima, cuyas consecuencias son la aparición y extinción
de las especies vivas, incluyendo el origen de la especie humana.
Como
la especie humana es reciente en la larga historia de la Tierra de 4500
millones de años, entonces su origen está relacionado con los últimos eventos
tectónicos, acaecidos en los últimos millones de años. Particularmente está asociado a la formación
del Valle del Rift en el Este de África hace unos 30 millones de años, en
que se produjo una divergencia (separación) de placas africana y somalí provocando una depresión por la que emergió material basáltico del que se
formaron suelos fértiles que son el sustento de la flora y la fauna que
coexistieron con nuestros antepasados homínidos. El otro acontecimiento
geológico importante y casi contemporáneo con el surgimiento del hombre
primitivo, fue el cierre del istmo de Panamá hace unos 3-3.5 millones de años.
Ambos
procesos geológicos fueron generados por la interacción entre las placas
tectónicas y alteraron el relieve de la superficie terrestre. En el caso del
Este de África formó el valle del Rift y produjo el levantamiento del relieve
para formar montañas adyacentes al valle. La barrera montañosa oriental,
provoca el ascenso de las masas de aire húmedo provenientes del océano Índico que
al enfriarse el vapor de agua se condensa y forma nubes que precipitan en las laderas
de las montañas orientadas hacia el océano; contrastando con las laderas del
otro lado y el valle del Rift en las que aire con poca humedad desciende y se
calienta, condiciones que no favorecen la condensación y la consecuente
formación de nubes, por consiguiente, se trata de zonas de clima seco o árido. El
clima seco reemplazó al clima cálido húmedo que le antecedió. Con el clima seco
apareció la sabana –grandes extensiones de pastizales con vegetación arbórea
espaciada- que relevó a los bosques y selvas característicos del clima cálido
húmedo previo. En las nuevas condiciones ambientales nuestros antecesores
homínidos tuvieron que descender al suelo y con la ausencia de bosques por
sobrevivencia tuvieron que caminar erguidos en la sabana, para convertirse
primero en el Ardipithecus ramidus y
después en Australopiteco afarensis
hace unos 3-4 millones de años.
Con
respecto a la formación del istmo de Panamá, su cierre geológico tuvo
consecuencias oceanográficas globales, específicamente la separación del océano
Pacífico y el océano Atlántico, con lo que se reforzó la corriente marina
cálida del Golfo de México, que en su movimiento transporta calor y humedad del
trópico al polo Ártico en el que por el frío produjo la congelación y
precipitación en forma de nieve. Esta poco a poco fue cubriendo el polo y el
efecto del enfriamiento se extendió hasta el Este de África, con lo que se
incrementó la aridez, con lo que el clima se torno más seco. Como el cierre tectónico que formó el istmo de Panamá
coincidió cuando el Australopiteco
afarensis vivía en la sabana del Este africano, entonces contribuyó para el
advenimiento de la especie humana, pues ya su antecesor el Australopiteco
afarensis ya se movía aunque torpemente con las extremidades posteriores
–bipedismo-.
El
bipedismo significó toda una revolución biológica, puesto, que con las
extremidades anteriores –manos- libres pudieron manipular objetos para
protegerse y apropiarse de alimentos y posteriormente elaborar instrumentos de
trabajo y de defensa, con lo que apareció el hombre primitivo –Homo habilis- hace unos dos millones de
años. Con los instrumentos produjeron alimentos –recolección de productos
vegetales y caza de animales salvajes-; después el Homo erectus primero controló
el fuego y luego lo produjo y lo utilizó para cocinar sus alimentos. El fuego hizo más asimilables los alimentos y
repercutió en el desarrollo cuantitativo y cualitativo del cerebro, y la
anatomía derivada del bipedismo del hombre primitivo favoreció el surgimiento
del lenguaje articulado, que junto con un cerebro más complejo fueron la base
del origen del pensamiento abstracto, con lo que surgió el Homo sapiens en Europa hace unos 40,000 años.
Así
pues, es evidente que la tectónica de placas al generar el valle del Rift en el
Este africano y el cierre geológico del istmo de Panamá, cambió el clima de
cálido húmedo a seco, y con ello produjo el relevo de los bosque y selvas por
la sabana. Es en este ambiente en el que
se da la aparición de la especie humana, la cual implicó toda una revolución
biológica y en última instancia su origen estuvo condicionado por la tectónica
de placas.
2. La tectónica de placas en el origen
de la especie humana
2.1. Formación del Valle del Rift en el
Este de África
Wikipedia
explica que el Rift de África Oriental es un Rift continental activo situado en
el Este de África. El Rift comenzó a desarrollarse alrededor del Mioceno hace 30 millones de años. El rift es una región estrecha donde se desarrolla la
divergencia de placas, en la cual la placa africana se está dividiendo en dos
placas tectónicas, llamadas la placa somalí y la placa Nubia, a un ritmo de 6-7
mm anualmente. Si la extensión continúa, la ruptura de la litosfera se
producirá en 10 millones de años, desgajando finalmente la placa somalí y
creando una nueva cuenca oceánica. La ruptura del continente africano ejercida
por el Gran Valle del Rift, es la responsable también de que en el Este del
continente el clima sea más seco que en el oeste. Debido a ello, en esta parte
de África apareció primero la sabana, y los simios locales, que hasta entonces
vivían en las ramas de los árboles, debieron hacerse terrestres y dieron lugar
a los primeros homínidos. El drástico cambio en el clima y la disminución del
área boscosa pudo ser el desencadenante del proceso de hominización y el
bipedismo.
Rizzo
(2008) explica que algunos geólogos de la universidad de Utah han prestado
atención nuevamente a la idea de que los procesos que formaron montañas y
valles también crearon ambientes que favorecieron el surgimiento de la
humanidad. Royhan y Nahid Gani, dos investigadores del Instituto de Energía y
Geociencia de dicha universidad sostienen en un artículo publicado por Geotimes
que la acelerada elevación de las tierras altas y montañas que se extienden
desde Etiopía hasta Sudáfrica bloqueó buena parte de la humedad oceánica,
convirtiendo lo que alguna vez había sido una lujuriosa selva tropical en retazos de bosques y sabanas que favorecieron gradualmente a los
ancestros humanos que bajaron de los árboles y comenzaron a caminar erguidos,
una forma energéticamente eficiente de recorrer áreas más grandes en busca de
alimento, en un medio ambiente árido.
En
forma paralela al valle se extiende una cadena de tierras altas y montañas a la
que los investigadores denominaron “el muro de África”, y que alcanza su máxima elevación en la cima del Kilimanjaro, a
unos 5 900 metros de altitud.
Según
los investigadores, fueron el paisaje y la vegetación variables que resultaron
de la formación del "Muro de África" los que crearon una barrera topográfica
contra la humedad y generaron un clima seco en el Valle del Rift. Al contrario de los ciclos climáticos
globales, estos cambios climáticos africanos fueron locales y sus tiempos se
correspondieron con la elevación del terreno en diferentes épocas.
La
formación del “Muro de África” jugó un papel prominente en la aridificación del
este de África, y el período coincide con la evolución de los ancestros de los
humanos en el área.
La localización espacial del valle del Rift en el oriente africano se muestra en la imagen siguiente.
2.2. Clima
Los mismos autores afirman que Peter deMenocal ha elaborado un modelo teórico de cómo los diferentes factores climáticos han afectado a los climas de las latitudes bajas africanas en los últimos millones de años. El modelo explica cómo el clima del África subtropical puede ser influido por las oscilaciones climáticas del norte, es decir, por las glaciaciones. Entre otras condiciones, estudia el efecto del enfriamiento del océano Atlántico norte sobre los vientos monzones en África. Según el autor del modelo, hace unos 2.8 millones de años se produjo un fenómeno que cambió radicalmente la historia del clima del hemisferio norte y afectó gravemente a los ecosistemas en los que se desarrollaba la evolución de nuestros ancestros: se trata del inicio de las oscilaciones climáticas de gran amplitud, con hielos permanentes en muchas tierras del norte en las épocas frías. Los registros marinos en las zonas subtropicales de los océanos Atlántico e Índico, que bañan las costas africanas, muestran que dichas oscilaciones climáticas, influyeron severamente en el clima del África ecuatorial. Desde entonces el retroceso de las masas boscosas en estas tierras, en beneficio de las sabanas y formaciones herbáceas en general, ha sido permanente e imparable. Esta parece haber sido la condición entre hace 2.8 a 1 millón de años. De igual manera, los registros marinos indican que, desde hace aproximadamente 1 millón de años, la dependencia climática de esta región de África respecto de las oscilaciones del norte se ha agudizado. El modelo teórico de deMenocal es capaz de explicar el aumento de la aridez en el África subtropical y su correlación con los períodos glaciales boreales. La causa fundamental aducida es que el enfriamiento de las aguas del Atlántico norte originó una serie de monzones africanos de veranos más fríos y menos húmedos que terminaron por empeorar la estabilidad de los bosques tropicales del África Oriental. No obstante, como los factores astronómicos han existido siempre y las glaciaciones solo se han producido en determinadas épocas de la historia de la Tierra, hay que admitir que estas situaciones extremas aparecen solo cuando las fluctuaciones de la geometría de la órbita terrestre y cambios en la inclinación del eje de nuestro planeta se superponen otras circunstancias. Una es, desde luego, el movimiento hacia los polos de las masas continentales por la tectónica de placas, que favorece la acumulación de hielo y dificulta la llegada de aguas cálidas tropicales.
Imagen 2. Clima seco en el oriente africano
Según la imagen espacial anterior, los climas dominantes del Continente Africano es el desértico(BWh) existente en el norte en el desierto del Sahara que se continúa en las depresiones del Valle del Rift en Hadar Etiopía, Lago Turkana en Kenia y Barranca de Olduvai en Tanzania; así como en Sudáfrica en la faja de los desiertos del hemisferio Sur. Asociados con los climas desérticos descritos están los climas seco-esteparios (BSh) contiguos con el desierto del Sahara en su porción sur y se extienden en la parte oeste del Valle del Rift envolviendo a los climas desérticos también descritos. Siguen en extensión los climas cálido húmedos (Af, Am y Aw) en la parte central oeste de África, que por su ubicación geográfica en las regiones tropicales del continente, son las regiones más lluviosas. Finalmente existen los climas de montaña (Cf y Cw) que se caracterizan por ser climas templados y húmedos.
La localización espacial del valle del Rift en el oriente africano se muestra en la imagen siguiente.
Imagen 1. Valle del Rift en Este africano y las placas que lo generaron
Arzuaga
y Martínez (1998) escriben que las precipitaciones en África subtropical
muestran en la actualidad una marcada dependencia estacional y siguen los
ciclos anuales del monzón africano. Durante el verano boreal el calentamiento
de las tierras interiores continentales provoca la entrada de aire húmedo
procedente del océano Atlántico ecuatorial. De este modo, en el centro y oeste
del África subtropical las lluvias son muy abundantes. En el África oriental
las precipitaciones son siempre mucho menores, porque el aire húmedo tiene que
recorrer mayor distancia y además, se interponen barreras montañosas en las que
precipitan las nubes la escasa humedad que todavía contienen, por lo que el
aire más seco desciende en el oriente africano, generando un clima
relativamente seco. En invierno, la circulación atmosférica se invierte y los
vientos fríos y secos del noreste soplan en toda la región, perjudicando en
mayor medida, de nuevo, al África oriental; mientras en el oeste, algunas
corrientes locales siguen aportando aire cálido y húmedo procedente del océano
Atlántico tropical. En estas condiciones, la vegetación del oeste de África
subtropical se conserva, todavía como selva húmeda. El este de África es, por
el contrario, mucho más árido. Sus ecosistemas son ahora de sabana, con
predominio de las formaciones herbáceas sobre los árboles.
Los mismos autores afirman que Peter deMenocal ha elaborado un modelo teórico de cómo los diferentes factores climáticos han afectado a los climas de las latitudes bajas africanas en los últimos millones de años. El modelo explica cómo el clima del África subtropical puede ser influido por las oscilaciones climáticas del norte, es decir, por las glaciaciones. Entre otras condiciones, estudia el efecto del enfriamiento del océano Atlántico norte sobre los vientos monzones en África. Según el autor del modelo, hace unos 2.8 millones de años se produjo un fenómeno que cambió radicalmente la historia del clima del hemisferio norte y afectó gravemente a los ecosistemas en los que se desarrollaba la evolución de nuestros ancestros: se trata del inicio de las oscilaciones climáticas de gran amplitud, con hielos permanentes en muchas tierras del norte en las épocas frías. Los registros marinos en las zonas subtropicales de los océanos Atlántico e Índico, que bañan las costas africanas, muestran que dichas oscilaciones climáticas, influyeron severamente en el clima del África ecuatorial. Desde entonces el retroceso de las masas boscosas en estas tierras, en beneficio de las sabanas y formaciones herbáceas en general, ha sido permanente e imparable. Esta parece haber sido la condición entre hace 2.8 a 1 millón de años. De igual manera, los registros marinos indican que, desde hace aproximadamente 1 millón de años, la dependencia climática de esta región de África respecto de las oscilaciones del norte se ha agudizado. El modelo teórico de deMenocal es capaz de explicar el aumento de la aridez en el África subtropical y su correlación con los períodos glaciales boreales. La causa fundamental aducida es que el enfriamiento de las aguas del Atlántico norte originó una serie de monzones africanos de veranos más fríos y menos húmedos que terminaron por empeorar la estabilidad de los bosques tropicales del África Oriental. No obstante, como los factores astronómicos han existido siempre y las glaciaciones solo se han producido en determinadas épocas de la historia de la Tierra, hay que admitir que estas situaciones extremas aparecen solo cuando las fluctuaciones de la geometría de la órbita terrestre y cambios en la inclinación del eje de nuestro planeta se superponen otras circunstancias. Una es, desde luego, el movimiento hacia los polos de las masas continentales por la tectónica de placas, que favorece la acumulación de hielo y dificulta la llegada de aguas cálidas tropicales.
Los climas de África condicionados principalmente por causa físicas, principalmente por la tectónica de placas y por causas astronómicas, se presenta en la siguiente imagen.
Imagen 2. Clima seco en el oriente africano
2.3. Cierre geológico del Istmo de
panamá
Coates
(2011), escribe cómo, hace más de veinte millones de años, el istmo de Panamá
comenzó a surgir a causa del choque y el deslizamiento de las placas
tectónicas. Antes de esto, América Central como la conocemos hoy, formaba parte
de una península volcánica, lejos de su ubicación actual.
Con
el surgimiento del Istmo de Panamá, el planeta experimentó cambios resultantes
del orden mundial actual. Durante tres millones de años, Panamá se ha separado
de los océanos y se unió a dos continentes. Inició un nuevo patrón de la
circulación oceánica mundial, contribuyó a la glaciación del hemisferio norte,
y cambió el clima de los trópicos. Debido al istmo, los vientos que atraviesan
la Corriente del Golfo se calientan y Europa está a salvo de la congelación
durante el invierno. Incluso es posible que los ancestros de la raza humana
bajaran de los árboles a causa del cambio climático en África, que fue también
un producto del surgimiento del Istmo.
Hace
veinte millones de años un océano cubría la zona en Panamá de hoy en día Había
una brecha entre los continentes de América del Norte y del Sur a través del
cual las aguas de los océanos Atlántico y Pacífico fluían libremente. Debajo de
la superficie, dos placas de la corteza terrestre fueron poco a poco chocando
entre sí, obligando a la placa del Pacífico a deslizarse lentamente bajo la
placa del Caribe. La presión y el calor causado por esta colisión condujeron a
la formación de volcanes submarinos, algunos de los cuales habían crecido lo
suficiente como para salir a la superficie del océano y formaron islas tan
temprano como hace 15 millones de años. Más y más islas volcánicas se formaron
en el área durante los próximos varios millones de años. Mientras tanto, el
movimiento de las dos placas tectónicas también fue empujando desde el fondo
del mar, finalmente, obligaron a algunas zonas a superar el nivel del mar.
Con
el tiempo, grandes cantidades de sedimentos (arena, tierra y barro) fueron
acumulados desde América del Norte y del Sur por las fuertes corrientes marinas
y cerraron las brechas entre las islas de reciente formación. Poco a poco,
durante millones de años, los depósitos de sedimentos fueron añadidos a las
islas hasta que las lagunas se llenaron completamente. Hace aproximadamente 3
millones de años, un istmo, estrecha franja de tierra, con agua a ambos lados,
que conecta dos cuerpos más grandes de tierra.
Los científicos creen que la formación del Istmo de Panamá es uno de los eventos geológicos más importantes que han sucedido en la Tierra en los últimos 60 millones de años. A pesar de que es sólo una pequeña franja de tierra, en relación al tamaño de los continentes, el Istmo de Panamá tuvo un enorme impacto en el clima de la Tierra y su entorno.
Al
cerrar el flujo de agua entre los dos océanos, la tierra del puente reorientó
la trayectoria de las corrientes marinas, tanto en el océano Atlántico como en
el Pacífico. Corrientes del Atlántico se vieron obligadas a circular hacia el
norte, y finalmente se estableció un patrón de una nueva corriente que llamamos
la Corriente del Golfo en la actualidad.
Con
las cálidas aguas del Caribe que fluyen hacia el noreste del Atlántico, el
clima del noroeste de Europa se volvió más cálido. La temperatura tendría como
10 grados C más fría en invierno sin el transporte de calor de la Corriente del
Golfo. El Atlántico, ya no se mezcla con el Pacífico, también aumentó la
salinidad. Cada uno de estos cambios ayudaron a establecer el patrón de
circulación oceánica mundial que vemos hoy. En resumen, el Istmo de Panamá
tiene una influencia directa e indirecta en el océano y los patrones de
circulación atmosférica, que regula los patrones de las precipitaciones, que a
su vez ha esculpido los paisajes.
Según
Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (2011) después de la extinción de los
dinosaurios, el acontecimiento más importante del mundo en el ámbito científico
fue la formación del istmo de Panamá, hace 10 millones de años. Según ellos,
hace 85 millones de años, Panamá solo era un archipiélago de islas, muy
pequeñas con relación al tamaño de los continentes, pero tuvo un enorme impacto
en el clima de la Tierra y su medio ambiente.
En la imagen siguiente se aprecia el cierre del istmo de panamá y sus consecuencias oceanográficas y climáticas que impactaron a Europa y el Este de África.
Aquel
acontecimiento geológico, no solo generó grandes cambios en la fisonomía del
istmo y del continente, sino también en las características de los océanos, las
corrientes de agua de todo el mundo y en la ecología, lo cual se conoce como el
“efecto Panamá”.
En la imagen siguiente se aprecia el cierre del istmo de panamá y sus consecuencias oceanográficas y climáticas que impactaron a Europa y el Este de África.
Imagen 3. Cierre del istmo de panamá y sus repercusiones mundiales
Los
expertos sugieren que la creación de esta masa de tierra generó el clima cálido
y húmedo del norte de Europa y dio lugar a la formación de la capa de hielo del
Ártico, y contribuyó a la Edad del Hielo, durante las siguientes épocas del
Pleistoceno.
Con
el cierre del istmo se crearon dos océanos distintos: Pacífico y Atlántico; y
surgen dos corrientes marinas: Golfo de México y Alexander Von Humboldt, que
producen un gran cambio en el clima.
Esto
porque el puente de tierra desvió las corrientes de los dos océanos. Las del
Atlántico se vieron obligadas a desplazarse hacia el norte, y se originó un
nuevo sistema que se llamó la corriente del Golfo. Mientras que con las cálidas
aguas del Caribe que fluye hacia el noreste del Atlántico, el clima del noroeste
de Europa se volvió más cálido. Las aguas de océano Atlántico, dejaron de
mezclarse con las del Pacífico y aumentaron su salinidad.
El
cierre de Panamá provoca un cambio climático que afecta a todo el planeta.
Empiezan la Edad de Hielo y se dan cambios en todo el continente. África dejó
de ser como el Amazonas, con grandes extensiones de bosques, y se convirtió en
un área de sabana y desértica, con grama nada más y casi sin árboles.
El Diario ABC
(2014) escribe que el surgimiento del istmo de Panamá, tuvo profundas
consecuencias, incluso a grandes distancias, en el clima. En el denso y salado
Caribe, la conocida denominada «Corriente del Golfo», viaja al norte y en
ocasiones se encuentra con las frescas aguas del Atlántico norte, donde con
presteza desciende al fondo del mar. Tal situación provoca una especie de bomba
que impulsa la corriente del Golfo, haciéndola mucho más poderosa y
desencadenando una especie de «cinta transportadora» de corrientes que recorren
el mundo entero. Hay quienes piensan que uno de los efectos de este nuevo
patrón de circulación oceánica propició el inicio de la Edad de Hielo en el
hemisferio Norte hace 2,6 millones de años, modificando el clima en otras
partes del mundo.
Mientras
la cálida corriente del golfo pasa por el Atlántico norte calienta las masas de
aire que cruzan el Atlántico de Norteamérica a Europa, originando el
relativamente moderado clima del norte de Europa. Gran parte de África, por su
parte, se tornó mucho más seca: las selvas tropicales se convirtieron en sabanas
y muchos de los primates que habitaban las copas de los árboles se vieron
forzados a descender a la tierra. Este escenario ha sido utilizado por el
paleontólogo Steven Stanley para proponer una teoría sobre el origen de los
humanos. El investigador de la Universidad de Hawái sugiere que un grupo,
derivado de los Australopitecos, quienes luego pasarían a ser los humanos
modernos, fue capaz de sobrevivir pese al peligro que representaban los grandes
predadores terrestres (leones, leopardos, hienas y perros salvajes).
Ore (2015)
expone que en el Plioceno, cuando el paso de Panamá estaba abierto, gran parte
de la corriente ecuatorial del Atlántico pasaba al Pacífico. La Corriente del
Golfo era más débil pero lograba entrar en el Ártico, manteniéndolo
descongelado todo el año. Al cerrarse el istmo de Panamá, la corriente del
Golfo se reforzó. Pero al acarrear aguas más saladas y, por lo tanto, más
densas, se hundían por enfriamiento, como en la actualidad, en los mares
Nórdicos y de Labrador. Otro cambio climático importante del Plioceno fue que
el clima de África Oriental se hizo más árido, lo que provocó importantes
cambios paisajísticos, con expansión de las sabanas, y de fauna, con
proliferación de los bóvidos, lo que pudo haber sido un catalizador en la
evolución de los homínidos.
La
variabilidad del clima se agudizó, propiciada por los ciclos astronómicos de
Milankovitch y en especial por el ciclo de variación de la oblicuidad del eje,
de 41.000 años de duración. Para la formación de los mantos de hielo sobre
Norteamérica y Eurasia se necesitaba que las nieves que caían durante el
invierno fuesen muy intensas. La corriente del Golfo, reforzada por el cierre
del istmo de Panamá, pudo venir en ayuda de esto último.
3. Discusión
La
tectónica de placas apareció desde que aparecieron las cortezas terrestres
rígidas y frías: primero la oceánica y luego la continental, cuando la Tierra
tenía entre 100 y 500 millones de años (Hazen, 2015). Desde entonces la
litosfera se fragmentó en placas, cuya interacción –divergencia, convergencia y
fricción- ha modificado en general la distribución espacial de las cuencas
oceánicas y continentes, así como la alteración del relieve continental, con lo
que ha modificado el clima durante muchas veces y con ello ha condicionado la
aparición y extinción de especies vivas, incluyendo el origen de la especie
humana en los últimos 2-2.5 millones de años.
Dado
que el hombre es reciente en la larga historia de la Tierra de 4500 millones de
años, entonces, su origen está asociado a los eventos geológicos de los últimos
millones de años, particularmente la formación del Valle del Rift en el Este de
África, en que se produjo una divergencia (separación) de las placas africana y
arábiga, provocando una depresión por la que afloró material basáltico del que
se formaron suelos fértiles que son el sustento de la flora y la fauna, que
coexistió con nuestros antepasados homínidos. El otro acontecimiento tectónico importante
y casi contemporáneo con el surgimiento del hombre primitivo, fue el cierre geológico
del istmo de Panamá hace unos 3-3.5 millones de años.
Ambos
procesos geológicos fueron generados por la interacción entre las placas
tectónicas y alteraron el relieve de la superficie terrestre. En el Este
africano la formación del valle del Rift está asociado a la elevación las
partes adyacentes al mismo. Particularmente se formó una barrera montañosa que
provoca el ascenso de las masas de aire húmedo provenientes del océano Indico y
precipitaciones en las faldas de las montañas orientadas hacia el océano; en
cambio las laderas del otro lado y el valle del Rift reciben el aire seco y en
descenso, condiciones que no favorecen la ocurrencia de precipitaciones, por lo
tanto, se trata de zonas de clima seco o árido. Con respecto a la formación del
istmo de Panamá, su cierre geológico tuvo consecuencias oceanográficas,
específicamente la separación del océano Pacífico y el océano Atlántico, proceso
geológico que reforzó la corriente marina cálida del Golfo de México, la cual
en su movimiento transporta calor y humedad del trópico al polo Ártico en el
que por el frío produjo su congelación y precipitación en forma de nieve. Esta poco a poco fue cubriendo
el polo y el efecto del enfriamiento se extendió hasta el Este de África, lo
que aumentó la aridez, convirtiendo al clima más seco y con ello se favoreció el desarrollo de la sabana, caracterizada
por la existencia de grandes extensiones de pastizales y vegetación arbórea
espaciada.
Con
el relevo de los bosques y selvas por las sabanas, derivado de los cambios
tectónicos (valle del Rift y cierre del istmo de Panamá), nuestros antepasados
homínidos tuvieron la necesidad de desplazarse en grandes llanuras en las que tenían
que erguirse para divisar el horizonte, para buscar alimento y para protegerse
de los animales depredadores que coexistieron con ellos. Seguramente muchos
fueron presas de los animales depredadores, pero algunos sobrevivieron y
tuvieron que dar el “salto” al desplazamiento bípedo. Este fue característico
de los australopitecos que antecedieron a la especie humana.
La posición bípeda del Australopiteco afarensis se observa en la imagen siguiente.
Imagen 4. Australopiteco afarensis y sus rasgos distintivos
El
caminar erguido significó toda una revolución biológica, puesto, que con las
extremidades anteriores –manos- libres pudieron manipular objetos para
protegerse y apropiarse de alimentos, y posteriormente elaborar instrumentos de
trabajo y de defensa, con lo que apareció el hombre primitivo –Homo habilis- hace unos 2-2.5 millones
de años.
Los rasgos del hombre primitivo -Homo habilis- se observan en la imagen que a continuación se presenta.
Imagen 5. Homo habilis y sus rasgos distintivos
Con los instrumentos produjeron alimentos –recolección de productos
vegetales y caza de animales salvajes-; después apareció el Homo erectus, quien primero controló el
fuego natural y luego lo produjo. Este invento fue crucial para el desarrollo de
la especie humana, ya que con el fuego el hombre primitivo pudo cocinar sus
alimentos. Esto hizo más asimilables los alimentos y repercutió en el
desarrollo cuantitativo y cualitativo del cerebro, y la anatomía derivada del
bipedismo del hombre primitivo favoreció el surgimiento del lenguaje
articulado, que junto con un cerebro más complejo fueron la base del origen del
pensamiento abstracto, con lo que surgió el Homo
sapiens hace unos cuarenta mil años en Europa.
Los rasgos cuantitativos y cualitativos del Homo sapiens se muestra en la imagen siguiente.
Imagen 6. Características del hombre moderno -Homo sapiens-
Es
evidente que la tectónica de placas altera el relieve de la superficie
terrestre y con ello el escenario espacial en el que se mueve la atmósfera para
generar el tiempo y el clima. Este en su movimiento cuantitativo –continuidad-
y cualitativo –discontinuidad-, contribuye a la adaptación, aparición y
extinción de las especies vivas en general y condicionó la aparición de la
especie humana en particular. Así pues, si para el origen de la especie humana el
clima condicionado por la tectónica de placas, fue esencial y con mayor razón para
la flora y la fauna, que se adapta pasivamente al clima.
4. Conclusiones
La
tectónica de placas que formó el valle del Rift en el Este de África y el
cierre geológico del istmo de Panamá, eventos geológicos que modificaron el relieve
terrestre, con lo que alteraron la circulación marina y de la atmósfera y con
ello cambiaron cualitativamente al clima.
Con
el cambio climático, los bosques y selvas hábitat en el que se movían nuestros
antepasados homínidos en lo esencial todavía cuadrúpedos, fueron reemplazados
por una extensa sabana –llanuras con vegetación arbórea muy espaciada-, por lo
que tuvieron que descender al suelo y desplazarse en la sabana para buscar
alimentos. El caminar cuadrúpedo ya no correspondía a las nuevas condiciones
ambientales, por lo que por necesidad surgió el bipedismo y con éste apareció
nuestro antecesor más próximo: el australopiteco.
El
caminar erguido significó toda una revolución biológica, ya que liberó las
extremidades anteriores –manos- con las que pudo manipular objetos para
apropiarse de alimentos y para defenderse de las fieras salvajes. Seguramente
la mayoría de los australopitecos desaparecieron dada la adversidad de las
nuevas condiciones ambientales y por depredación de los animales salvajes. Sin
embargo, algunos sobrevivieron y empezaron la elaboración de instrumentos de
trabajo y de defensa rudimentarios, proceso que condicionó la aparición del
hombre primitivo: el Homo habilis
hace unos 2-2.5 millones de años. Después surgió el Homo erectus, hombre que perfeccionó la fabricación de instrumentos
de trabajo; además, produjo el fuego, invento que fue crucial para el
desarrollo de la especie humana, ya que permitió la cocina de los alimentos.
Estos se hicieron más asimilables, lo que repercutió en el desarrollo de un
cerebro más complejo, que junto con el lenguaje articulado favorecido por el
bipedismo, contribuyeron al surgimiento del pensamiento abstracto, con lo que
aparece el Homo sapiens en Europa
hace unos 40.000 años
En
síntesis, es evidente que los últimos eventos tectónicos importantes (formación
del valle del Rift en el Este de África y el cierre geológico del istmo de
Panamá), modificaron el relieve terrestre y con ello alteraron la circulación
oceánica y atmosférica, condiciones que cambiaron el clima. La formación del valle del Rift modificó el clima cualitativamente, pues lo cambio de cálido húmedo a seco; y el cierre geológico del istmo de Panamá, cambio el clima solo cuantitativamente, pues únicamente incrementó su aridez tornandolo más seco. Este cambio produjo el relevo de bosques y selvas hábitat
de nuestros antecesores homínidos, por la sabana y con ésta se produjo la
transformación cualitativa de los australopitecos en especie humana.
5. Bibliografía
Arzuaga Juan y Martínez Ignacio. 1998. La especie elegida. La larga marcha de la evolución humana. Ediciones Planeta Madrid, S.A. España. Vigésima séptima impresión (2010).
Arzuaga Juan y Martínez Ignacio. 1998. La especie elegida. La larga marcha de la evolución humana. Ediciones Planeta Madrid, S.A. España. Vigésima séptima impresión (2010).
Coates
Anthony. 2011. Cómo el Istmo de Panamá cambió el mundo. https://www.vistaalmar.es/medio.../1586-como-istmo-panama-cambio-mundo.html
Diario
ABC. 2014. Así contribuyó Panamá a cambiar el mundo. www.abc.es/natural.../abci-museo-ciencias-naturales-panama-201410011110.html.
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