ESTADÍSTICA: MATEMÁTICA DE LAS CASUALIDADES
Valentín Vásquez
Oaxaca, México
valeitvo@yahoo.com.mx
Introducción
La matemática como ciencia estudia el
aspecto cuantitativo de los objetos materiales, dejando de lado –abstracción- el
aspecto cualitativo de los mismos.
La matemática puede dividirse en dos
grandes ramas: la determinista que tiene como objeto de estudio los fenómenos
singulares –individuales- y la estadística, que tiene por objeto de estudio los
fenómenos casuales que actúan como totalidad.
La ciencia en general estudia los
procesos necesarios sujetos a ley que invariablemente tienen que suceder. Sin embargo,
la necesidad no existe por sí sola, sino que está en unidad contradictoria con
su contra-parte: la casualidad. Esta hace referencia a un acontecimiento externo que como tal puede
suceder o no. En este sentido la casualidad aislada –individual- no es objeto
de estudio de la ciencia. No obstante, cuando los fenómenos casuales ocurren masivamente,
se presenta una tendencia general necesaria –medidas de tendencia central-
oculta detrás de las casualidades. Así aparece la necesidad que sí es objeto de
estudio de la ciencia, pero se trata de una ciencia matemática especial
conocida como estadística. Esta tiene como objeto de estudio a las
casualidades. Por esto la estadística se aplica a muestras y poblaciones de
fenómenos casuales y como éstos pueden suceder o no, por consiguiente, están sujetos
a probabilidad de que acontezcan, por ende, la estadística está asociada a la
probabilidad.
Así pues, si bien es cierto que la
ciencia en general estudia los procesos que tienen que suceder necesariamente, pero,
dada la dialéctica de la contradicción, la necesidad no puede existir sin su
contra-parte- la casualidad; en consecuencia, tiene que estudiar tanto a los
procesos casuales como los necesarios, ya que la casualidad es la forma de
manifestarse de la necesidad.
Si la casualidad es el modo de
manifestación de la casualidad ante nuestra sensibilidad, por consiguiente, su
consiguiente, su conocimiento tiene que iniciar por la casualidad para
descubrir lo que está oculto –esencia- detrás de la misma. Así, la necesidad
está muy emparentada con la esencia y con la ley, ya que es lo que permanece
relativamente constante en la variabilidad de las casualidades.
En los universos biológico y social
están muy extendidos los fenómenos casuales. Los organismos vivos en su
interacción con su medio ambiente natural –atmósfera y suelo- son afectados por
eventos externos –granizadas, heladas, plagas, etc.- de naturaleza casual que
pueden suceder o no dependiendo de las condiciones externas con las que
interaccionan. Pero una vez que se producen las casualidades, pueden terminar
con los organismos vivos o alterar radicalmente el rumbo del desarrollo
biológico, como sucedió hace 65 millones de años cuando impactó un meteorito –casualidad-
de unos 15 kilómetros de diámetro en lo que hoy es la Península de Yucatán que
produjo como consecuencia la extinción de los dinosaurios y así favoreció la
evolución de los mamíferos, de los que más tarde surgieron los primates que en
su desarrollo posterior dieron origen a la especie humana hace unos dos
millones de años. En este sentido la especie humana debe su existencia a una
casualidad –meteorito- acontecimiento que inauguró una nueva era geológica: la
Cenozoica la cual perdura hasta la actualidad.
Con la aparición de la especie humana
surge el movimiento social y como tal también es la unidad de la necesidad y
casualidad. Como todo proceso el movimiento social tiene naturaleza dialéctica
y se mueve gradualmente –reforma- y a saltos –revoluciones-. Tanto la reforma
como la revolución son dos aspectos necesarios del movimiento social y son
objeto de estudio de la ciencia social. Pero en el movimiento social siempre se
destacan determinados individuos –líderes- que tienen naturaleza casual ya que
puede ser un individuo u otro el dirigente. Es decir la individualidad –casualidad-
es la forma de manifestarse de la necesidad.
En síntesis, en el universo biológico
y social es común la existencia de fenómenos casuales, por consiguiente, es
imprescindible la estadística como ciencia que tiene como objeto de estudio a
las casualidades –muestras y poblaciones-.
Casualidad
y necesidad como categorías -conceptos generales- filosóficas
La casualidad y la necesidad son categorías
que expresan las relaciones que existen internamente en los objetos y con los
procesos materiales externos con los que interaccionan en su movimiento.
La necesidad es lo que tiene su causa
en sí mismo, lo que se desprende inevitablemente y con fuerza de ley de la esencia
misma, de los nexos internos de las cosas (esencia), de los procesos y
acontecimientos; lo que ha de suceder, forzosamente, así y no de otro modo.
Casualidad es lo que tiene su
fundamento y causa fuera de sí, en otra cosa,
no en sí mismo, ni en la esencia de los fenómenos, de los procesos, de
los hechos mismos, ni de las cosas; es lo que se desprende de los nexos
accidentales o externos, no de los nexos y vinculo internos, y lo que, en
virtud de ello, puede ser o no ser, lo que puede suceder así o de otro modo.
Todos los objetos del mundo material
están en interacción recíproca, consigo mismo como lo refleja la categoría de
necesidad y con el mundo externo como lo expresa la categoría de casualidad,
que está relacionada con la influencia de los procesos materiales externos al
objeto de interés y que también condicionan el desarrollo de los fenómenos
reales.
La casualidad con frecuencia expresa
lo singular que no es objeto de la ciencia; no obstante, en una multitud de
fenómenos casuales se abre paso la necesidad, expresada en las leyes
estadísticas.
Rosental y Straks (1960) explican que
una formidable definición de necesidad la expuso Hegel en los siguientes
términos:
“Representa
la correlación entre aspectos que, por su esencia, están tan concatenados
mutuamente que junto con el uno es directamente
supuesto también el otro”; en otras palabras, necesarios son los fenómenos y
sucesos que no pueden dejar de tener lugar, que se desprenden inevitablemente
de la propia esencia de las cosas. Su nacimiento es condicionado por la
concatenación objetiva de los dos, de las condiciones de la realidad.
Casuales son los fenómenos que pueden
suceder o no suceder, que en su determinación no se derivan de la propia
esencia de los fenómenos.
De la semilla brota el vegetal; pero
inesperadamente una “tempestad”, acompañada de granizo, la destruye. Claro está
que la muerte del vegetal ocurrió casualmente: para el destino de este vegetal
no estaba, ni mucho menos, predicho, que necesariamente había de perecer. La
tempestad podía darse, o no podía darse. La tempestad es, pues, para el vegetal
un fenómeno puramente casual. La necesidad está estrechamente relacionada con
la casualidad, esta es la forma de manifestarse de la necesidad.
Sembramos la semilla en la tierra,
cuidamos su crecimiento, y de esta semilla brota necesariamente el vegetal.
Pero con igual necesidad, debido a los procesos que ocurren en la atmósfera,
cae la granizada que mata al vegetal. Tanto un proceso como el otro suceden
necesariamente, y solo su interacción engendra un fenómeno casual, la muerte
del vegetal. Por eso dijo Plejanov, muy justamente, que la casualidad se
constituye en el punto de intersección [interacción] de dos sucesos o fenómenos
necesarios. Ya de esto carecen de fundamento los que analizan la casualidad
separada de la necesidad. Pero la casualidad está vinculada con la necesidad
todavía en otra forma, de un modo más profundo.
Pero si tomamos, no uno o varios
casos, sino la masa de las casualidades, se descubre que detrás de ellas se
oculta una determinada necesidad histórica, que las casualidades son las formas
en que se manifiesta la necesidad. En este sentido, la necesidad se manifiesta
como tendencia en una infinitud de casualidades y corresponde a la esfera del
pensamiento como ley estadística.
Cuando la intersección entre dos
procesos necesarios, no produce la extinción de objetos; como sucede entre la
interacción de los procesos necesarios del suelo y de la planta; entonces se
produce una multitud de casualidades (infinidad de plantas), cuyo rendimiento de todas las plantas en promedio
se manifiesta como una necesidad, pero que en lo individual es casual, ya que
el rendimiento, puede ser mayor o menor al promedio, pero se manifiesta la
necesidad como la tendencia hacia un valor promedio.
También en los procesos sociales en
los que participan masivamente los individuos, una revolución es una necesidad,
pero el que sea tal individuo el dirigente es una casualidad, porque pudo ser
uno u otro
En un ser vivo, al principio, una
desviación o diferencia tal tiene un carácter puramente casual. No es típica de
toda la especie. Pero si esta desviación casual ayuda al animal o al vegetal a
ganar en la lucha por la existencia, es transmitida por herencia de generación
en generación y se convierte en un aspecto común necesario de la especie. Lo
casual se convierte en necesario, así como lo que antes era necesario se
convierte en casual, hasta que desaparece por completo. Sin este tránsito
mutuo, dialéctico, de la casualidad y la necesidad, no hubiera sido posible, en
general, el desarrollo del mundo orgánico.
Chknavieriantz (1974) afirma que el
materialismo dialéctico entiende por necesidad lo que está ligado a la
naturaleza interna de los objetos y fenómenos, cosa que dimana de la esencia de
éstos y tiene la causa en ellos mismos. La necesidad es lo que obligatoriamente
debe sobrevenir o ya sobrevino. Casualidad es lo que no depende de las causas
internas o sustanciales del objeto, sino de las externas, que no provienen de
la esencia de las circunstancias del fenómeno en cuestión. Por eso puede
presentarse o no presentarse. La necesidad determina la dirección principal en
el desarrollo del objeto dado y la casualidad expresa la desviación de esta
dirección.
La necesidad y la casualidad existen
simultáneamente en el sentido de que sobre todo fenómeno de la realidad puede
afirmarse que es casual y necesario, o sea que su naturaleza se complica por
toda una serie de casualidades que provienen no de la esencia de dicho fenómeno
sino de causas secundarias o externas.
Debe comprenderse que solo una
consideración multilateral del nexo del fenómeno estudiado con los demás, así
con el medio circundante, permite definir qué es allí lo necesario y qué lo
casual. La casualidad es la forma de aparición y complemento de la necesidad, y
la necesidad se abre paso a través de una gran masa de casualidades. La
necesidad nunca se presenta en forma pura. Expresa únicamente la tendencia
general, la dirección del desarrollo, que siempre adquiere una forma casual con
respecto a dicha dirección. La casualidad misma complementa la necesidad,
introduce en ella algo nuevo, diversifica su manifestación.
Afanasiev (1974) señala que la
causalidad es la concatenación más general, la más universal. Pero ella no
manifiesta toda la multiformidad de concatenaciones que existen en la realidad;
únicamente explica una porción pequeña de ellas. Dentro del intrincado sistema
de concatenaciones del universo, las relaciones necesarias y casuales también
desempeñan una importante función.
Así pues, la casualidad debe ser
entendida desde dos puntos de vista: uno en el sentido de ser un proceso
resultado de la interacción de dos fenómenos necesarios; el otro relacionado
con la manifestación masiva de fenómenos singulares, detrás de los cuales se
abre paso la necesidad como tendencia, y que estadísticamente corresponde al
promedio. La estadística es la ciencia de las casualidades masivas y es muy común
en los fenómenos biológicos y sociales.
Conclusiones
La matemática en general y la
estadística en particular tienen como objeto de estudio el aspecto cuantitativo
de los objetos materiales. Hacen abstracción del aspecto cualitativo de los
objetos materiales.
La necesidad es un acontecimiento que
tiene que suceder forzosamente con carácter de ley, ya que deriva de la esencia
–nexo interno- de los objetos materiales. La casualidad es un evento externo
que como tal puede ocurrir o no y si ocurre está sujeto a cierto nivel de
probabilidad. La casualidad es la forma como se manifiesta la necesidad.
La casualidad aislada –individual- no
es objeto de estudio de la ciencia, puesto que a ésta no le interesa lo que
puede suceder o no y de esta o de otra forma, a la ciencia le interesa la
necesidad, es decir, lo que tiene que suceder obligatoriamente y de una forma y
no de otra.
En las casualidades como totalidad –muestras
y poblaciones- se abre paso una tendencia general necesaria que si es objeto de
estudio de la ciencia matemática. La ciencia matemática que tiene como objeto
de estudio a las casualidades como conjunto es la estadística y probabilidad.
En los universos biológico y social
son comunes los fenómenos casuales, por consiguiente, la estadística y probabilidad
son las ramas de la matemática que los estudian.
Bibliografía
Afanasiev
V. 1990. Fundamentos de filosofía. Editores Unidos. México, D.F.
Chknavieriantz A. (1974). Categorías de la dialéctica materialista.
Ediciones Círculo de Estudios. México, D.F.
Rosental M. y
Straks G. M. 1960. Categorías del materialismo dialéctico. Editorial Grijalbo.
México, D.F.
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